El sistema democrático que mayoritariamente nos dimos en la reconciliación, que otros llaman transición, es “tan bueno, tan bueno” -tan bondadoso-que permite que se traicione al país desde dentro, es decir desde las propias instituciones del Estado. 

Según parece, por las noticias que recogen los medios de comunicación, de la mano de este Gobierno estamos a punto de cometer un nuevo disparate descomunal y de consecuencias incalculables.

El sistema democrático que mayoritariamente nos dimos en la reconciliación, que otros llaman transición, es “tan bueno, tan bueno” -tan bondadoso-que permite que se traicione al país desde dentro, es decir desde las propias instituciones del Estado. Seguramente esto se nos venderá como ejemplo de lo garantista que es el sistema. Separatistas y exterroristas van a imponer que un presidente, cuya ambición de poder y vanidad parecen no conocer límites, acompañado o en connivencia con un “vice”, al que no se le conoce públicamente ninguna concreta realización en bien de la sociedad pero si un nivel de vida muy por encima del que tiene media España,-a lo que yo no tendría objeción que poner si no fuera porque ambos están pagados con mis impuestos y los de usted-, se proponen, al parecer, destrozar esta nación pluricentenaria.

Y el resto de lo que se llama la “clase política” ¿asiste a esta fechoría sin que se le mueva el flequillo?

¿Cui prodest?

“Cui prodest” ¿ A quien beneficia? Desde luego a la nación española, es decir a usted y a mi, NO. Pero como estamos llenos de complejos nos han hecho creer que hablar de nación es ya de un ultra intolerable. Y eso lo hacen arribistas de escándalo revestidos con el hábito de la religión marxista cuyos resultados de la mano de los regímenes que la practicaron fueron, por cierto, junto con el sistema nazista, lo mas asesino que ha conocido probablemente la Historia Universal. Una auténtica tomadura de pelo que sería hasta cómica si no fuese trágica.

El Lazarillo de Tormes y toda la literatura de la picaresca española son un conjunto de chistes malos comparados con esta “obra de arte” aunque solo sea por su dimensión nacional.

Nada nuevo en la historia. Nos proporcionan pan y circo y todos tan felices. Lo malo es que el pan para mucha gente va escaseando y cuando uno ve que sus hijos carecen de lo mas vital hay pocas fronteras que se le resistan, en el sistema o fuera de él.

Se sacan de la chistera, a modo de señuelo y como siempre sin reparar en consecuencias, una ley de educación proponiendo que a nuestros hijos, a mis nietos, nos los eduque un gobierno plagado de adictos a ideologías mediocres, verdaderas “autoridades en el tema”, que saben lo que necesitamos mucho mejor que nosotros. Eso si, usted y yo los criamos pagamos todos los gastos, los cuidamos con auténtico desvelo y ahora una dependienta de supermercado -honorabilísima profesión por cierto-, un profesional que ha copiado y mal su tesis doctoral, un profesor con poco mas que mala intención y una señora de Neguri, nos van a imponer donde y como nos los van a educar.

No cuela

No cuela, miembros del gobierno. Ustedes están viviendo de nuestro sudor y para seguir en las poltronas pactan con nuestros enemigos, los de España, confiando en que el resto de los políticos que, naturalmente viven de lo mismo, no levanten demasiado la voz y con el pretexto de no vulnerar las reglas de juego, “traguen” mansamente por todo.

Aun es mas miserable el intento al que asistimos de que se utilicen el Covid- 19 como cobertura para soslayar sin escrupulosos controles, mintiendo cada vez que se sienten amenazados por la verdad y presienten que sus sillones pueden desaparecer.

Ignoro si van o no a alcanzar su miserable objetivo, pero ¿De verdad vale la pena tanta ceguera humana por un sillón presidencial o ministerial?

Este mes de noviembre está especialmente indicado para pensar, apoyados en Jorge Manrique, en “cuan presto se va el placer como después de acordado da dolor”. Nada nuevo bajo el sol.