Mingalabar! Bienvenidos a Myanmar

Hay aspectos de la vida cotidiana de un país que la lente de la cámara no puede captar; la amabilidad de su gente. 

Myanmar, el pueblo que no finge la amabilidad; el país que acoge al turista con un caluroso y cariñoso recibimiento. Doy fe, Myanmar hace honor a su fama de ser uno de los países más hospitalarios del mundo. El país que contagia su sonrisa. Gentes con un afecto sentido, una bondad que se refleja en las miradas de ojos oscuros y profundos. Miradas alegres, a veces tristes o impenetrables de quienes llevan la alegría o la pena dentro, unos ojos desafiantes que miran fijamente a la cámara del extranjero sin ninguna vergüenza, sin ningún tapujo. 

Tras un largo vuelo aterrizamos en el aeropuerto de Yangon.  Set Myo, nuestro guía, recibió al grupo con su amplia sonrisa. Vestía el longyi, falda masculina tradicional, ideal para combatir el calor y la humedad.  Gran Maestro, excelente persona, conocedor profundo de la historia del país y sus costumbres, con él recorrimos las ciudades más emblemáticas de Myanmar.

La diversidad de Yangón.

Epicentro económico y cultural de Myanmar fue hasta 2005 la capital del país. Ciudad moderna que convive con su pasado colonial, en cuyo barrio iniciamos la ruta con la visita al Museo U Thant. Impresionantes edificios gubernamentales como el Ayuntamiento, la Oficina General de Telégrafos, el Tribunal Supremo o el Tribunal Superior, perfectamente conservados, se mezclan con edificios coloniales casi en ruinas, pintados en tonos pastel y recubiertos de vegetación. Una ciudad de contrastes, donde converge la diversidad cultural y religiosa.  Templos budistas, hindús, chinos, sinagoga, mezquita, iglesia y catedral imagen de las distintas fes que se profesan, conviven en armonía. Un corto viaje en el tren circular nos abrirá los ojos a la cotidianidad de Yangón. Vagones repletos de vendedores de fruta, plantas, pasajeros dormitando en los asientos, monjes y monjas budistas, ellos vestidos con túnicas rojas ellas de color rosa. Mujeres, hombres y niños con el rostro decorado con thanaka, pasta de color amarillo extraída de la corteza del árbol que da origen a su nombre, utilizada como protector solar. Más allá de una aplicación cosmética, hoy en día el thanaka es considerado como una expresión diaria de cultura y tradición. 

Entrada la tarde, nos dirigimos a visitar Shwedagon pagoda, el santuario budista más visitado y venerado del país. A pesar de que miles de personas acuden diariamente a rezar, la quietud es inmensa. 

Pagoda Shwedagon

Construida hace más de 2500 años, su estupa central, cubierta de pan de oro, está rodeada de 64 pagodas, ocho por cada santuario dedicado al planeta.  

Me siento en la Plaza de los Deseos y observo a los fieles arrodillados frente a la gran estupa rezando para que se cumplan sus deseos. Yo espero que se cumpla el mío. 

Caída la noche, la vista es impactante. El brote de plátano de la estupa dorada de 99 metros de la pagoda Shwedagon, domina e ilumina la oscuridad del cielo de Yangón, negro sobre dorado.

Fascinada por Bagan.

Began

Enclave religioso y lugar de peregrinaje, sus templos han sido declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO el 10 de julio de 2019. 

Bagan, antigua capital del imperio birmano, se sitúa a lo largo del legendario río Ayeyarwady. Actualmente más de 3000 templos que datan de los siglos X a XIII D.C. conforman la zona arqueológica. El templo más representativo, Templo Ananda, conocido como la joya de Bagan, es una auténtica obra maestra, construido en 1105 D.C. Su nombre deriva del sánscrito, “muy hermoso”, famoso por sus cuatro budas de pie que miran hacia los cuatro puntos cardinales.Recorrer Bagan a pie, en bici, moto, carro de caballos o sobrevolarlo en globo es una experiencia emocionante. Se esconde el sol en Bagan; la silueta rojiza de las pagodas se difumina con el verde de la llanura y el amarillo del sol que se aleja dejando en el horizonte una estela de colores bellísima, en un enclave descrito por Marco Polo como “una de las imágenes más bellas del mundo”. 

Mandalay. Un paseo por el Puente de teka U Bein.

Puente de Ubein

La mano de Buda toca la Tierra para invocarla a ser testigo mientras que las extremidades y los dedos suelen representarse alargados. La palma hacia arriba simboliza la calma meditativa y la postura del loto se usa para meditar. Pero hoy, en el Templo Mahamuni, uno de los templos más sagrados de Myanmar, mientras que los hombres aplican pan de oro sobre la figura de Buda, a las mujeres no les está permitido acceder al santuario. Numeroso grupo de mujeres que me encuentro en el Monasterio Shwenandaw, uno de los mejores ejemplos de construcción tradicional de madera del siglo XIX de país. Construcción que contrasta con la Pagoda Kuthodaw, una de las más bellas de Myanmar. La estupa principal está rodeada de 729 pagodas secundarias de color blanco, en cuyo interior se conservan unas estelas de alabastro escritas en pali, considerado en su conjunto uno de los mayores libros budistas del mundo. 

En Amarapura, sobre el lago Taungthaman, mujeres, hombres, niños, parejas y turistas recorren a pie alegremente los 1,2 kilómetros del mítico Puente U Bein, el puente de teka más antiguo y largo del mundo. Recorrerlo con la mirada desde uno de los barcos que se ordenan en fila frente al puente para observar la puesta de sol es la opción más solicitada por los turistas. 

Lago Inle. Paz y tranquilidad. 

Abandonamos la llanura de Mandalay y nos adentramos al corazón del país, en el paisaje montañoso del Lago Inle. ¡Bienvenido al paraíso, la Venecia de Myanmar! Cambia el paisaje, la temperatura, el longyi es sustituido por unos cómodos pantalones más adecuados a la temperatura, más fresca y a la vida rural que se desarrolla en el lago, rodeado de una increíble flora y fauna. Centro de cultivo, pesca y producción de artesanía local, en el lago conviven 17 aldeas con su propia cultura y tradiciones.  Las casas se erigen sobre pilotes, rodeadas de jardines flotantes donde cultivar los vegetales. Los Intha, hábiles barqueros y pescadores, son famosos por su estilo único de remo en el que separan una pierna mientras usan la otra para empujar el remo a través del agua.  Expertos en tejer telas coloridas de seda o algodón, producen una tela de lino tejida con filamentos extraídos de tallos de loto que crecen en el lago, el único material de este tipo en el mundo. 

En un recorriendo por el lago en lancha tradicional llegamos al conjunto de pagodas Indelin. Es sábado. Mujeres, hombres y niños se afanan en embellecer su patrimonio quitando la maleza que ha mantenido escondidos los templos hasta hace poco. 

Myanmar es el destino ideal para practicar el “Slow travel”. “Un estado mental. Se trata de primar las experiencias sobre los paisajes o monumentos. De rechazar las ideas habituales del turismo de masas y sustituirlas por la oportunidad de empaparte del lugar en el que te encuentras, de su gente y sus historias, tradiciones, costumbres… Mantener tu cabeza y alma abiertas a nuevas, e inesperadas, experiencias.”

Myanmar, mucho más que pagodas, es un estilo y un sentimiento de vida. Deja los prejuicios, olvídate de los zapatos, camina descalzo por los templos, abre la mente y disfruta del viaje, sólo o acompañado. Según el ranking de El Mundo Viajes en su edición de septiembre 2019 Myanmar se encuentra entre los diez mejores países del mundo para viajar solo. 

La autora en Sule Pagoda

De vuelta a Yangón, en Sule Pagoda, busco mi Buda representado en el día de la semana en que nací, el jueves. Sigo el ritual y le hago un ofrecimiento, lo baño con agua y toco la campana tres veces: señal de que comparto mi alegría con el mundo. Recuerdo mi deseo formulado en la Plaza de los deseos de Shwedagon pagoda: volver a Myanmar.  

Shwenandaw

BIRMANIA ES MYANMAR

Templo Ananda en Bagan

T

Quizás resulte sorprendente que la mayoría de las personas a las que comenté mi futuro viaje a Myanmar, o a mi vuelta de un magnífico viaje de familiarización con el país, me mirasen asombradas o admitiesen sin pudor que desconocían la existencia de Myanmar. 

Quizás no tan sorprendente y justificable ya que hasta 1989 Myanmar era conocido como “Birmania”, protagonista de grandes hechos históricos que lo hicieron famoso bajo el nombre de Burma.

Para entender Myanmar hay que ubicarlo históricamente, geográficamente, política y económicamente.

Si comentas que Birmania fue protagonista y escenario de la película “El puente sobre el río Kwai”, los más avanzados en edad se sonríen recordando tan mítica película. Ficción de tabloide, historia real. Durante la II Guerra Mundial las tropas militares japonesas obligaron a un grupo de prisioneros ingleses a construir un puente de madera, 

el “Ferrocarril de Birmania” o “Ferrocarril de la Muerte” que uniría Bangkok con Rangún, con el fin de reforzar suministros y tropas para la invasión de Birmania por parte de las fuerzas japonesas. Acontecimiento que acabaría con Birmania a manos de los británicos. 


El ingeniero y marino, destacado diplomático Lord Mountbatten, Vizconde de Birmania y desde 1947 elevado a Conde de Birmania, al mando de las tropas aliadas en el Sudeste Asiático contribuyó a la expulsión de los japoneses de Birmania.  Este hecho sin embargo no erradicó hasta 1970 la costumbre de conducir por la izquierda, fecha en que el general Ne Win, tras consultar con un astrólogo cómo cambiar el rumbo del país que viraba demasiado hacia la izquierda, le aconsejó cambiar el sentido de la circulación a la derecha. A día de hoy esto provoca una de las grandes contradicciones del país ya que los coches, mayoritariamente de origen japonés, tienen el volante a la derecha, lo que explica el gran caos “ordenado” circulatorio del país. Pero esto forma parte de uno de los encantos y diversidad de esta tierra llena de contrastes. 

Entre los que participamos de forma activa en la famosa e internacionalmente conocida “movida madrileña”, descubrimos Birmania gracias al desenfadado grupo de música pop “Objetivo Birmania” que tomó su nombre de su homóloga película estadounidense de 1945 protagonizada por Errol Flynn que narra la historia real de la lucha entre tropas americanas y japonesas.   

¿Nos sorprende que Myanmar sea el gran desconocido del Sudeste Asiático?

Situado entre India, China y Tailandia, hasta hace poco Myanmar estaba totalmente cerrado al turismo y a la globalización, debido a una situación política contraria a la apertura al exterior abocando a su economía al aislamiento y a la excesiva dependencia de la agricultura para consumo interno.

Tras años de política convulsa en manos de un gobierno militar autoritario y cerrado, las elecciones del 2015 dieron la victoria al gobierno de Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1991. Actualmente Myanmar mira al futuro con un prisma aperturista, optimista, consciente de que el desarrollo y evolución del país pasa por abrir sus fronteras tanto a la industria como al turismo. Razón y motivos no le faltan ya que Myanmar tiene mucho que ofrecer, cultural, turística y humanamente. 

Con 135 minorías étnicas que viven juntas, prima la diversidad en las personas, en la cultura y en la religión con un entendimiento y convivencia envidiables. Pese a la diferencia de filosofía o religión, les mueve la fe. El 90% de la población de Myanmar practica el budismo theravada de origen indio, cuyo objetivo es la liberación del sufrimiento para alcanzar el nirvana.

Las mujeres de Myanmar han tenido un papel importante en el desarrollo del país y su apertura al exterior. Hoy en día existen mujeres emprendedoras, hoteleras, directoras de grandes almacenes, dueñas de restaurantes, negocios comerciales, docentes, atletas y políticas.

La autora con el equipo de Myanmar Tourism Marketing Association

 

Nuria Alberti con Pearl Phyu – Joint Secretary Myanmar Tourism Marketing Association

Myanmar es rico en cultura, historia, y estructura geográfica diversa. Gracias a sus montañas, costas marítimas, lagos e islas vírgenes ofrece un abanico turístico ideal para ser disfrutado por toda clase de público: infinidad de monumentos milenarios; museos; folclore; artesanía; parques naturales y festivales. 

 El país con más estupas del mundo, apuesta fuerte por el turismo, entendiendo que éste no sólo es una gran fuente de ingresos sino un contribuyente a la paz y al entendimiento de los pueblos. En una iniciativa más por abrirse al turismo y facilitar la entrada al país, desde el 1 de octubre de 2019 los turistas de seis países (Australia, Alemania, Italia, Rusia, España y Suiza) pueden entrar al país obteniendo el visado a la llegada en los aeropuertos internacionales de Yangón, Mandalay y Nay Pyi. 

Pagodas de Indein

El Ministro de Hoteles y Turismo de Myanmar, H.E. U Ohn Maung, en el discurso de despedida a los participantes al Fam Trip Myanmar 2019, confirmó: «Seamos sinceros, la industria del turismo es una industria en auge en todo el mundo y nos lo perderíamos si no hiciéramos todo lo posible para asegurar el lugar de Myanmar en el ámbito internacional. Hemos hecho mucho en los últimos 3 años y seguimos comprometidos para crear una experiencia memorable para nuestros visitantes, un medio de vida adecuado para nuestra gente y una oportunidad de inversión para el mundo «.

Una experiencia memorable para el turista sin duda.  Myanmar no sólo encanta por sus innumerables pagodas, templos, estupas, ríos y lagos. Myanmar es su gente, de carácter afable y amable por excelencia; es el pueblo de la sonrisa verdadera, la que sale del alma, la que transmite realmente y sin tapujos el sentimiento de ser bienvenido al país, la que se contagia

Birmania es Myanmar.  Myanmar es “¡Mingalabar!” ¡Bienvenido a Myanmar! Te sorprenderá.

DIGNIDAD DEL TRABAJO

“El trabajo humano tiene una doble dimensión: objetiva y subjetiva. En sentido objetivo, es el conjunto de actividades, recursos, instrumentos y técnicas de las que el hombre se sirve para producir, para dominar la tierra, según las palabras del libro del Génesis. El trabajo en sentido subjetivo es el actuar del hombre en cuanto ser dinámico, capaz de realizar diversas acciones que pertenecen al proceso del trabajo y que corresponden a su vocación personal” (PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ.Compendio de la doctrina social de la iglesia,  n. 270).

Una sociedad con rostro humano debe tener muy en cuenta esta distinción: «El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque, como “imagen de Dios”, es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo. Como persona, el hombre es, pues, sujeto del trabajo”  (S. JUAN PABLO II, Carta enc. Laborem exercens, 6).

El trabajo en sentido objetivo tiene un valor circunstancial. En cambio el trabajo en sentido subjetivo tiene un carácter esencial y permanente: “El trabajo en sentido objetivo constituye el aspecto contingente de la actividad humana, que varía incesantemente en sus modalidades con la mutación de las condiciones técnicas, culturales, sociales y políticas. El trabajo en sentido subjetivose configura, en cambio, como su dimensión estable, porque no depende de lo que el hombre realiza concretamente, ni del tipo de actividad que ejercita, sino sólo y exclusivamente de su dignidad de ser personal. Esta distinción es decisiva, tanto para comprender cuál es el fundamento último del valor y de la dignidad del trabajo, cuanto para implementar una organización de los sistemas económicos y sociales, respetuosa de los derechos del hombre” (PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ. Compendio de la doctrina social de la iglesia,  n. 270).

El trabajo humano no es nunca una simple mercancía, ni el trabajador un recurso humanomás, dentro del proceso productivo. El trabajo es siempre un acto de la persona: “Cualquier forma de materialismo y de economicismo que intentase reducir el trabajador a un mero instrumento de producción, a simple fuerza–trabajo, a valor exclusivamente material, acabaría por desnaturalizar irremediablemente la esencia del trabajo, privándolo de su finalidad más noble y profundamente humana. La persona es la medida de la dignidad del trabajo” (idem, n. 271). 

            Hace falta un reajuste de la mentalidad, para valorar siempre que es el hombre mismo el  que realiza el trabajo, aquello que determina su calidad y su más alto valor. Para que no ocurra el hecho de que “la actividad laboral y las mismas técnicas utilizadas se consideran más importantes que el hombre mismo y, de aliadas, se convierten en enemigas de su dignidad” (idem).            El trabajo humano procede de la persona y está también orientado hacia el bien de la persona: el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo. Así «la finalidad del trabajo, de cualquier trabajo realizado por el hombre —aunque fuera el trabajo “más corriente”, más monótono en la escala del modo común de valorar, e incluso el que más margina—, sigue siendo siempre el hombre mismo» (S. JUAN PABLO II, Carta enc. Laborem exercens, 6; cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2428).

Rafael María de Balbín (rbalbin19@gmail.com)

                                                                                                     

ECONOMÍA Y CALIDAD DE VIDA

“Ninguna actividad económica puede sostenerse por mucho tiempo si no se realiza en un clima de saludable libertad de iniciativa” (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE- DICASTERIO PARA EL SERVICIO DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL. Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero. Roma, 6 de enero de 2018, n.12). 

Esa libertad de iniciativa debe ser valorada y defendida, pues la libertad del mercado es a menudo amenazada por las oligarquías monopolísticas. Esta amenaza lo es para las personas concretas y para la eficiencia misma del sistema económico. El creciente y penetrante poder de agentes importantes y grandes redes económicas y financieras, viene acompañado por la supranacionalidad de tales agentes y  la volatilidad del capital manejado por estos. Esto hace que su actividad pueda escapar fácilmente a la solicitud de las instancias políticas en orden al bien  común.

En principio, todos los instrumentos utilizados por los mercados para aumentar su capacidad de operación, si no están dirigidos contra la dignidad de la persona y tienen en cuenta el bien común, son moralmente admisibles  (Cf. CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Const. past. Gaudium et spes, n. 64). Sin embargo los mercados son incapaces de regularse por sí mismos  (Cf. PÍO XI, Carta enc. Quadragesimo anno, n. 89; BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, n. 35; FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, n. 204): “no son capaces de generar los fundamentos que les permitan funcionar regularmente (cohesión social, honestidad, confianza, seguridad, leyes…), ni de corregir los efectos externos negativos (diseconomy) para la sociedad humana (desigualdades, asimetrías, degradación ambiental, inseguridad social, fraude…”) (Consideraciones para un discernimiento ético..n.13)

En la actualidad la actividad financiera ha adquirido prepotencia sobre la economía real y presencia en todas sus manifestaciones. Ello facilita los egoísmos y los abusos, a pesar de las buenas intenciones individuales. Hay casos en los que las posibilidades de abusos y fraudes son grandes, especialmente para el que se halle en desventaja. “Por ejemplo, comercializar algunos productos financieros, en sí mismos lícitos, en situación de asimetría, aprovechando las lagunas informativas o la debilidad contractual de una de las partes, constituye de suyo una violación de la debida honestidad relacional y es una grave infracción desde el punto ético” (Consideraciones para un discernimiento ético..n.14). Ello sucede “ya sea por la evidente relación jerárquica que se instaura en algunos tipos de contratos (como entre prestamista y el prestatario), ya sea por la compleja estructuración de muchas ofertas financieras” (idem). 

También el dinero es en sí mismo un instrumento bueno, como muchas cosas de las que el hombre dispone: es un medio a disposición de su libertad, y sirve para ampliar sus posibilidades. Con tal de que  se considere siempre como un instrumento, como un medio y no como un fin. El dinero debe estar sometido a prioridades más altas. Este medio, sin embargo, se puede volver fácilmente contra el hombre. 

“Así también la multiplicidad de instrumentos financieros (financialization) a disposición del mundo empresarial, que permite a las empresas acceder al dinero mediante el ingreso en el mundo de la libre contratación en bolsa, es en sí mismo un hecho positivo. Este fenómeno, sin embargo, implica hoy el riesgo de provocar una mala financiación de la economía, haciendo que la riqueza virtual, concentrándose principalmente en transacciones marcadas por un mero intento especulativo y en negociaciones “de alta frecuencia” (high-frequency trading), atraiga a sí excesivas cantidades de capitales, sustrayéndolas al mismo tiempo a los circuitos virtuosos de la economía real” (Consideraciones para un discernimiento ético..n.15). 

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Cuando el capital cobra más importancia que el trabajo se olvida el  bien del hombre, dentro de una visión economicista. “Precisamente en esa inversión de orden entre medios y fines, en virtud del cual el trabajo, de bien, se convierte en “instrumento” y el dinero, de medio, se convierte en “fin”, encuentra terreno fértil esa “cultura del descarte”, temeraria y amoral, que ha marginado a grandes masas de población, privándoles de trabajo decente y convirtiéndoles en sujetos “sin horizontes, sin salida” (idem). : «Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, “sobrantes”»  (FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, n. 53).

El crédito tiene una función económica y social insustituible. Pero cuando las tasas de interés son excesivamente altas se cae en la usura. “Desde siempre, semejantes prácticas, así como los comportamientos efectivamente usurarios, han sido percibidos por la conciencia humana como inicuos y por el sistema económico como contrarios a su correcto funcionamiento”(Consideraciones para un discernimiento ético..n.16). 

La actividad financiera no debe ser una aventura especulativa sino un servicio a la economía real. “En este sentido, por ejemplo, son muy positivas y deben ser alentadas realidades como el crédito cooperativo, el microcrédito, así como el crédito público al servicio de las familias, las empresas, las comunidades locales y el crédito para la ayuda a los países en desarrollo” (idem).

Estas consideraciones no son puramente hipotéticas, sino que reflejan lo que ha ocurrido en fecha reciente y continúa ocurriendo. “cuando unos pocos –por ejemplo importantes fondos de inversión– intentan obtener beneficios, mediante una especulación encaminada a provocar disminuciones artificiales de los precios de los títulos de la deuda pública, sin preocuparse de afectar negativamente o agravar la situación económica de países enteros, poniendo en peligro no sólo los proyectos públicos de saneamiento económico sino la misma estabilidad económica de millones de familias, obligando al mismo tiempo a las autoridades gubernamentales a intervenir con grandes cantidades de dinero público, y llegando incluso a determinar artificialmente el funcionamiento adecuado de los sistemas políticos” (idem).

El afán de lucro desvirtúa la convivencia humana. “ En este contexto, palabras como “eficiencia”, “competencia”, “liderazgo”, “mérito” tienden a ocupar todo el espacio de nuestra cultura civil, asumiendo un significado que acaba empobreciendo la calidad de los intercambios, reducidos a meros coeficientes numéricos” (idem, n. 17).

“Esto requiere ante todo que se emprenda una reconquista de lo humano, para reabrir los horizontes a la sobreabundancia de valores, que es la única que permite al hombre encontrarse a sí mismo y construir sociedades que sean acogedoras e inclusivas, donde haya espacio para los más débiles y donde la riqueza se utilice en beneficio de todos. En resumen, lugares donde al hombre le resulte bello vivir y fácil esperar” (idem).

Rafael María de Balbín rbalbin19@gmail.com

ETICA Y ECONOMÍA

Un reciente documento de la Santa Sede (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE- DICASTERIO PARA EL SERVICIO DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL. Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero. Roma, 6 de enero de 2018) se ocupa de importantes aspectos éticos de la actual actividad y estructura económicas.

“Las cuestiones económicas y financieras, nunca como hoy, atraen nuestra atención, debido a la creciente influencia de los mercados sobre el bienestar material de la mayor parte de la humanidad. Esto exige, por un lado, una regulación adecuada de sus dinámicas y, por otro, un fundamento ético claro, que garantice al bienestar alcanzado esa calidad humana de relaciones que los mecanismos económicos, por sí solos, no pueden producir” (idem, n. 1).

El compromiso con el bien común se manifiesta no sólo en las relaciones interindividuales, sino en las macro-relaciones sociales, políticas y económicas. Por eso, la Iglesia propuso al mundo el ideal de una “civilización del amor”. 

El bien común de las  sociedades humanas se basa en la certeza de que en todas las culturas hay muchas convergencias éticas, expresión de una sabiduría moral común, fundada sobre la dignidad de la persona. “Esto vale todavía más ante la constatación de que los hombres, aún aspirando con todo su corazón al bien y a la verdad, a menudo sucumben a los intereses individuales, a abusos y a prácticas inicuas, de las que se derivan serios sufrimientos para toda la humanidad y especialmente para los más débiles y desamparados” (idem, n. 3)

En efecto, ningún espacio en el que el hombre actúa puede legítimamente pretender estar exento de una ética basada en la libertad, la verdad, la justicia y la solidaridad (idem, n. 4). «Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana» (FRANCISCO, Carta enc. Laudato si’, n. 189).

Hay una gran tarea que realizar a nivel mundial. “Si bien es cierto que el bienestar económico global ha aumentado en la segunda mitad del siglo XX, en medida y rapidez nunca antes experimentadas, hay que señalar que al mismo tiempo han aumentado las desigualdades entre los distintos países y dentro de ellos. El número de personas que viven en pobreza extrema sigue siendo enorme” (Consideraciones para un discernimiento ético…, n . 5).

La reciente crisis financiera era una oportunidad para desarrollar una nueva economía más atenta a los principios éticos y a la nueva regulación de la actividad financiera, neutralizando los aspectos depredadores y especulativos y dando valor al servicio a la economía real. Esta oportunidad no ha sido aprovechada.

Está en juego el verdadero bienestar de la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro planeta, que corren el riesgo de verse confinados cada vez más a los márgenes, cuando no de ser «excluidos y descartados» (Exhort. ap. Evangelii gaudium ( 24 de noviembre de 2013), n. 53)  del progreso y el bienestar real, mientras algunas minorías explotan y reservan en su propio beneficio vastos recursos y riquezas, permaneciendo indiferentes a la condición de la mayoría.

Hace falta ampliar los horizontes de la mente y el corazón, para reconocer lealmente lo que nace de las exigencias de la verdad y del bien, y sin lo cual todo sistema social, político y económico está destinado, en definitiva, a la ruina y a la implosión. Es cada vez más claro que el egoísmo a largo plazo no da frutos y hace pagar a todos un precio demasiado alto; por lo tanto, si queremos el bien real del hombre verdadero para los hombres, «¡el dinero debe servir y no gobernar!» (Ibidem., n. 58).

Rafael María de Balbín

(rbalbin19@gmail.com)

ECONOMIA RELACIONAL

“Toda realidad y actividad humana, si se vive en el horizonte de una ética adecuada, es decir, respetando la dignidad humana y orientándose al bien común, es positiva. Esto se aplica a todas las instituciones que genera la dimensión social humana y también a los mercados, a todos los niveles, incluyendo los financieros” (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE- DICASTERIO PARA EL SERVICIO DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL. Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero. Roma, 6 de enero de 2018, n.8)

La actividad que da vida a los mercados, más que basarse en dinámicas anónimas, elaboradas por tecnologías cada vez más sofisticadas, se sustenta en relaciones, que no podrían establecerse sin la participación de la libertad de los individuos. La economía, como cualquier otra esfera humana, «tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento; no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona»  (BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate (29 de junio de 2009), n. 45).

No hay que entender la actividad humana como si fuera robinsoniana, de un individuo confinado en su isla solitaria. “En este sentido, nuestra época se ha revelado de cortas miras acerca del hombre entendido individualmente, prevalentemente consumidor, cuyo beneficio consistiría más que nada en optimizar sus ganancias pecuniarias. Es peculiar de la persona humana, de hecho, poseer una índole relacional y una racionalidad a la búsqueda perenne de una ganancia y un bienestar que sean completos, irreducibles a una lógica de consumo o a los aspectos económicos de la vida”  (Ibídem., n. 74).

La economía es relacional, porque la persona humana es relacional. Esta índole relacional fundamental del hombre (Cf. FRANCISCO, Discurso al Parlamento Europeo (25 de noviembre de 2014), Estrasburgo: AAS 106 (2014) 997-998)  está esencialmente marcada por una racionalidad, que resiste cualquier reducción que cosifique sus exigencias de fondo. Cualquier intercambio de “bienes” entre personas no debe reducirse a mero intercambio de “cosas”. “En realidad, es evidente que en la transmisión de bienes entre sujetos está en juego algo más que los meros bienes materiales, dado que estos a menudo vehiculan bienes inmateriales, cuya presencia o ausencia concreta determina, en modo decisivo, también la calidad de las mismas relaciones económicas (como confianza, imparcialidad, cooperación…)”  (Consideraciones para un discernimiento ético…, n.9).

            Es fácil ver las ventajas de una visión del hombre entendido como sujeto constitutivamente incorporado en una trama de relaciones, que son en sí mismas un recurso positivo (Cf. BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, n. 55).  Toda persona nace y se desarrolla en un contexto familiar y a lo largo de su vida sigue imbricadas en un conjunto de relaciones, muchas de ella  resultado de su libertad compartida con otras personas. El hombre es un ser relacionado. Toda persona nace dentro de un contexto familiar, es decir, dentro de relaciones que lo preceden, sin las cuales sería imposible su mismo existir. Más tarde desarrolla las etapas de su existencia, gracias siempre a ligámenes, que actúan el colocarse de la persona en el mundo como libertad continuamente compartida. 

 “Este carácter original de comunión, al mismo tiempo que evidencia en cada persona humana un rastro de afinidad con el Dios que lo ha creado y lo llama a una relación de comunión con él, es también aquello que lo orienta naturalmente a la vida comunitaria, lugar fundamental de su completa realización. Sólo el reconocimiento de este carácter, como elemento originariamente constitutivo de nuestra identidad humana, permite mirar a los demás no principalmente como competidores potenciales, sino como posibles aliados en la construcción de un bien, que no es auténtico si no se refiere, al mismo tiempo, a todos y cada uno. (Consideraciones para un discernimiento ético…, n.10).

Así, todo progreso del sistema económico no puede considerarse tal si se mide solo con parámetros de cantidad y eficacia en la obtención de beneficios, sino que tiene que ser evaluado también en base a la calidad de vida que produce y a la extensión social del bienestar que difunde, un bienestar que no puede limitarse a sus aspectos materiales. Bienestar y desarrollo se exigen y se apoyan mutuamente (Cf. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, n. 1908), requiriendo políticas y perspectivas sostenibles más allá del corto plazo (Cf. FRANCISCO, Carta enc. Laudato si’, n. 13; Exhort. apost. Amoris laetitia (19 de marzo de 2016), n. 44).

Tenemos por delante un gran reto cultural y educativo. “En este sentido, es deseable que, sobre todo las universidades y las escuelas de economía, en sus programas de estudios, de manera no marginal o accesoria, sino fundamental, proporcionen cursos de capacitación que eduquen a entender la economía y las finanzas a la luz de una visión completa del hombre, no limitada a algunas de sus dimensiones, y de una ética que la exprese. Una gran ayuda, en este sentido, la ofrece la Doctrina social de la Iglesia”. (Consideraciones para un discernimiento ético…, n.10).

“Por lo tanto, el bienestar debe evaluarse con criterios mucho más amplios que el producto interno bruto (PIB) de un país, teniendo más bien en cuenta otros parámetros, como la seguridad, la salud, el crecimiento del “capital humano”, la calidad de la vida social y del trabajo. Debe buscarse siempre el beneficio, pero nunca a toda costa, ni como referencia única de la acción económica). (Ibidem, n. 11).

Necesitamos una cultura donde ganancia y solidaridad no sean antagónicas. De hecho, allí donde prevalece el egoísmo y los intereses particulares es difícil para el hombre captar esa circularidad fecunda entre ganancia y don, que el pecado tiende a ofuscar y destruir. Por el contrario, en una perspectiva plenamente humana, se establece un círculo virtuoso entre ganancia y solidaridad, el cual, gracias al obrar libre del hombre, puede expandir todas las potencialidades positivas de los mercados (cf. Ibidem).

“Un recordatorio siempre actual para reconocer la conveniencia humana de la gratuidad proviene de aquella regla formulada por Jesús en el Evangelio llamada regla de oro, que nos invita a hacer a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros (cf. Mt 7,12; Lc 6,31)” (Ibidem).

Rafael María de Balbín

(rbalbin19@gmail.com)

ENTRE MAR Y MONTAÑA, «RIBAMONTÁN AL MAR»; CANTABRIA INFINITA

“El capitán de un barco no puede desembarcar hasta que la tripulación está a salvo. Aún queda mucha travesía y tenemos mucho que aprender de ti. El cielo puede esperar”. (Ribamontán al Mar, agosto 2019, de J.M. Arrojo al Patrón).

Curiosamente empecé este artículo en Portugal, en la Costa da Caparica, cuando me sugirieron escribir sobre mi viaje a Lisboa. 

Las imponentes playas de Costa da Caparica, al sur de Lisboa, me inspiraron las siguientes reflexiones. Playas kilométricas, vírgenes, de aguas bravas, como las de Cantabria infinita… Mirando al horizonte del mar Atlántico, me percaté de que al panorama que se ofrecía ante mis ojos le faltaban barcos, velas y pescadores. 

En las aguas de la costa portuguesa, cuna de renombrados navegantes como Vasco de Gama, no se avistaba ni una sola embarcación, ni un intrépido marinero osando sortear las olas apoyadas en el viento atlántico.   Cerré los ojos por un instante y me transporté a Ribamontán al Mar, donde cada verano la pandilla espera al Patrón.

Seguramente pocos visitantes de la playa de Somo, paraíso de surferos, sepan que pertenece al municipio de Ribamontán al Mar. Carriazo, Castanedo, Galizano, Langre, Loredo, Somo y Suesa, son enclave y escondite de veraneantes deseosos de preservar su privacidad. Nada hace presagiar que los pueblos y las playas de Ribamontán al Mar abrigan lo más granado de la sociedad española, aquella que no se prodiga en fiestas pomposas ni “photocalls” horteras de programa televisivo veraniego. 

Casas de arquitectura típica cántabra de piedra, donde florecen las hortensias, se erigen con sus verdísimos jardines; color testimonio del clima lluvioso y húmedo que caracteriza esta zona del norte. 

Clima frío y lluvioso, ¿Un mito? Los veranos que he tenido el privilegio de disfrutar en este enclave cántabro han venido marcados por un tiempo soleado, de días en los que las mareas han dictado el rumbo de largas horas de mar, luz y playa

Tablón de anuncios de EL PUNTAL para los que se acercan en sus propias barcas. Hay también un servicio público Santander-El Puntal.

En Carriazo, pedanía y capital del municipio de Ribamontán al Mar, no puedo levantarme sin abrir la ventana y observar que las vacas ya están campando a sus anchas por los prados. La habitación se impregna de olor a naturaleza, a animales, a tierra y a mar. En Carriazo, la pandilla espera la llegada del Patrón, conscientes de que con él la travesía en barco está asegurada. Patrón, que a sus 82 años acaba de renovar su título precisamente en aguas cántabras, aguas a menudo peligrosas, rara vez mansas. 

El Patrón, nacido en Madrid, lleva el mar en la sangre. No en vano adquirió en un anticuario de Inglaterra una placa que reza “I am the capitan of this ship and I have my wife´s permission to say so” que luce orgullosa junto a brújulas y escuadras marinas en el salón de su casa. Esos pequeños detalles que recuerdan constantemente al mar. 

Antes de partir hacia una nueva travesía en barco nos desperezamos con una larga caminata por los pastos que recorren la distancia entre Carriazo y Galizano. En este último pueblo, presidido por la maravillosa iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, hacemos un alto en el camino para comprar los sabrosos sobaos El Macho. ¡No hay quien se resista! Aprovecho la quietud de la mañana y del paisaje para hacer unos ejercicios de yoga; en lugar de saludos al sol saludo a las vacas que parecen encantadas con tan original visita. 

Los Sobaos El Macho, para un gustoso desayuno

A media mañana nos aprestamos a partir, ilusionados, hacia un nuevo día de mar. La embarcación está atracada en las boyas de pescadores de Somo, y vamos a navegar hasta El Puntal, la cara extrema de la playa.

Embarcar ya es toda una aventura. El primero en hacerlo es el Patrón que acerca el barco hasta la escollera para que al resto de los tripulantes no nos resulte tan incómodo el desafío. Desatracar es un ritual en el que debido a las corrientes marinas, las maniobras de un día no son iguales a las del siguiente; es imprescindible bichero a mano para distanciarnos del amarre y emprender el rumbo.

Aunque teóricamente nos separan sólo veinte minutos de navegada hasta El Puntal, la travesía nunca está exenta de escollos: la Pedreñera (embarcación que recorre el tramo de Somo a Santander), los bañistas despistados, los paddle surf, los piragüistas y los bajos arenosos; una vez esquivados y alejados de la pequeña y estrecha vía, nos adentramos de lleno en el canal.

“Se entra en el canal casado y se sale divorciado”, afirma una expresión marinera que nos recuerda rojo con rojo al entrar, rojo con verde al salir. 

 La navegada hay que sentirla, experimentar la sensación de libertad única, el viento en la cara. La inmensidad, el cielo y el mar confunden sus azules fundiéndose en uno. Los caprichosos vientos cambiantes dictarán al Patrón cómo capitanear; barco escorado, surcamos las olas hacia la bahía de Santander que se vislumbra a lo lejos presidida por el Edificio Centro Botín, inaugurado hace dos años, rompedor, moderno, contraste de lo viejo y de lo nuevo, reflejo de una ciudad en continua evolución y ebullición cultural. 

El CENTRO BOTIN, edificio diseñado por Renzo Piano y uno de los vértices de atración
cultural de Santander

El Puntal no tiene pérdida, se avista la inmensa bandera de España que ahonda orgullosa junto al embarcadero y Chiringuito El puntal Tricio, declarado uno de los diez mejores de España y al que únicamente se puede acceder por la playa andando, nadando o en barco.  En los días soleados de verano está tan abarrotado como los más famosos chiringuitos de Baleares… lo que nos recuerda a Illetes en Formentera. El olor a rabas y marisco nos invita a abandonar el barco y saltar por la borda para pedir mesa, momento que aprovechamos para darnos un refrescante baño en el mar. 

Es la hora de unas rabas con vinitos en EL PUNTAL

El Patrón, mi padre, no llamó a su barco “Libertad” como José Luis Perales al barco de su canción “Un velero llamado libertad”; ni se fue tomando sus cosas para batirse en duelo con el mar; a su barco lo llamó Taube, Paloma, en alemán, el nombre de mi madre. Como buenos amantes de la mar, a su primera hija la llamaron, María del Mar. El lobo de mar y la paloma mensajera han surcado un verano más los mares de Cantabria que embellecen Ribamontán al Mar. 

MANSILLA DE LA SIERRA ; RECUPERANDO SU HISTORIA SUMERGIDA

“Estamos en la edad del adosado y el fascículo” decía un amigo allá por los noventa. Como la paloma de Alberti, se equivocaba, los adosados ya habían comenzado en La Rioja rural al principio de la década de los sesenta del pasado siglo.

Por Paloma Ausejo (FIJET ESPAÑA)

Mientras se sumergía un pueblo entero cargado de historia absorbido por las aguas de un supuesto progreso en forma de pantano,  un nuevo Mansilla de la Sierra surgía a sus orillas. Piedras y cemento sin especial carácter, aunque no sin buena intención, acogieron en arquitecturas de viviendas adosadas, alineados en seis calles, plaza e iglesia, a una población que se resistió siempre a perder su alma sepultada bajo las aguas del embalse. 

Sube el embalse y comienza la agonía de la primitiva Mansilla de la Sierra

Más de sesenta años después, avanza con paciencia,  resolución y con pocas ayudas oficiales, una recuperación de materiales y tradiciones que constituyen verdadera memoria histórica reencarnada en un grupo de unos sesenta habitantes dispuestos a resucitar, renovado, un pueblo que hunde sus raíces en la Hispania romana y hoy digno ejemplo de aquellos que se resisten con energía y tesón a ser incluidos  en el catálogo de la España vacía.

Paisaje al oleo de Emilio García Moreda con el tema de Mansilla de la Sierra

Roto en pocos minutos el hielo de muchos año sin aparecer por el pueblo de mi padre nos hace de cicerone José María Menéndez de la Cuesta, un ingeniero que  resiste a las tendencias destructivas del tiempo y que junto con otros vecinos lidera los esfuerzos de recuperación de la historia sumergida de Mansilla. Al escuchar mi pregunta sobre los Matute que puedan quedar en el pueblo empieza a interesarse más vivamente por la presencia de un trio para él desconocido,  una de mis hijas, mi marido y yo, que muestran un cierto conocimiento de antiguos habitantes del lugar e interés por su actual situación.

Después de unos huevos fritos hechos con generosidad y diligencia por el propietario del único bar donde se reúnen, en casi permanente tertulia, las fuerzas vivas de Mansilla, comienzan los recuerdos suavemente excitados por unas copas de excelente vino de Rioja.

Sotero Ausejo, abuelo paterno de la autora

En mi memoria reaparece alegre y entrañable la figura de mi prima Ana María Matute Ausejo, rodeada de niños del pueblo, entre los que me encontraba,  a los que mantenía  en  asombrada atención con aquellos cuentos, creados sobre la marcha y  avanzadilla de lo que luego, con los años, se convertirían en relatos y novelas que la hicieron famosa y la alzaron a la Real Academia Española y al Premio Cervantes y Premio Nacional de las Letras Españolas por el conjunto de su obra literaria.

La autora bajo el recuperado Puente de Suso, puerta e entrada a la nueva Mansilla

Mi prima Conchita, casada con un hombre emprendedor, persona limpia y recia cuyo trabajo  le llevó desde una posición económica notable  a, como consecuencia de la crisis, descargar barcos en los muelles de Barcelona. Recuerdo su casa de Mansilla, la número tres de la fila de edificios  adosados más lejana a la orilla del embalse. Allí sencillamente recogidos reorganizaron su vida, más sencillamente pero no menos feliz. 

Ramón Tamames el economista  catedrático y su hermano médico muy estimado,  frecuentaban Mansilla. Los fundadores y dueños de Casa Matute, famosa tienda de la calle de Barquillo en Madrid que suministraba lámparas, porcelanas de Sajonia y otros complementos para las viviendas de la alta sociedad madrileña, eran hijos de Mansilla de la Sierra.

Uno de los escudos de piedra recuperados de las fachadas de casas nobles de Mansilla

 Entre recuerdos y detalladas explicaciones de lo que el pantano sepultó, José María nos iba enseñando los escudos de nobleza, labrados en piedra, recuperados con esfuerzo de las fachadas de las casas nobles del antiguo Mansilla cuyos restos aparecen, como un fantasmagórico decorado cinematográfico, cuando las sequías periódicas dejan de nuevo en seco lo que queda del antiguo pueblo, cabeza de una confederación de municipios, creada en 1584 y formada por cinco villas pertenecientes a lo que hoy es la Comunidad  Autónoma de la Rioja y otras dos vinculadas a Burgos. Sus representantes , en el XVI, se reunían democráticamente  en la Casa de Islas, hoy irrecuperable, para tratar de los asuntos concernientes a los pueblos  que representaban y cuyas decisiones eran posteriormente refrendadas por la autoridad real.

La autora con su hija Paloma y y José María Menéndez de la Cuesta

El espíritu de esa confederación –con la refundación de una moderna casa que han denominado De las Siete Villas- es lo que poco a poco van recuperando esas fuerzas vivas de Mansilla y de las otras seis villas para que tradiciones, patrimonio histórico y artístico  común e iniciativas en marcha y proyectos de futuro permitan recuperar un espacio renovado y ofrecer a aquellos que lo deseen, la posibilidad de gozar de los bellos paisajes, la amabilidad y la paz  de una de las zonas más bellas de la Rioja rural, la sierra de Cameros y sus pueblos. 

El monasterio benedictino de Valvanera, muy cercano a Mansilla, situado en la línea fronteriza que separaba Castilla de Navarra en el siglo XI, alberga la imagen de la Virgen de Valvanera, talla de estilo románico que muestra en el rostro de la de la madre de Dios una  determinación que sugiere la que anida en el espíritu de los mansillanos. La Hostería del monasterio ofrece un lugar ideal para unos días de descanso, -wifi incluido- una excelente cocina casera y el disfrute de la naturaleza mediante excursiones a parajes bellísimos.

El símbolo del esfuerzo de recuperación histórica de los mansillanos nos lo muestra José María con orgullo y no sin emoción; el Puente de Suso, del siglo XVI. Recuperado piedra a piedra del lecho del pantano y vuelto a construir a la entrada del nuevo pueblo, nos avisa de que allí “el adosado y el fascículo” nunca sustituirán a la historia.

La nueva Mansilla se construyó con casas adosadas alineados en seis calles

SANARY-sur-MER: UNA COSTA AZUL TRANQUILA Y ASEQUIBLE

Saint-Tropez, Cannes,  Saint-Raphael, Niza o Mónaco han propiciado la imagen colectiva de un mundo de lujo y desenfreno para millonarios, pero una Costa Azul tranquila, sosegada y bella  existe…. y es asequible.

Sanary-sur-Mer, incorperada al mar. En su pequeño puerto
las tradicionales «pointu» de vela latina

Aficionada a los mercadillos populares y callejeros me sumerjo en el mar digital y a veces pesco alguno que me parece interesante, si puedo  personalmente lo paseo y alguna ganga cae. En una de esas navegaciones  virtuales realizadas por  tierras  francesas encontré uno  que me llamó la atención porque estaba calificado en 2018 como mejor mercadillo callejero de Francia. Se realizaba todos los miércoles  en un pueblito de la Costa Azul, Sanary-sur-Mer.  Allí con mi familia disfruté unos días de julio después de comprobar, no sin cierto asombro, que no era ruinoso alquilar una casa con piscina y a siete minutos del mar. Un trozo de costa que desde Saintes Maries de la Mer hasta Mónaco separa  del Mediterráneo a una de las más bellas regiones de Francia, La Provenza.

Un vuelo de dos horas escasas al aeropuerto de Marsella y coche de alquiler fue la fórmula elegida para evitarnos el largo camino de Madrid a la frontera francesa. Una hora de coche desde Marignan, debido al intenso tráfico de los alrededores de Marsella, y una cálida acogida por parte de Soledad, encargada por los propietarios, a la sazón navegando a vela por aguas del Atlántico, de introducirnos a las peculiaridades de la casa y del pueblo que desconocíamos. A sus preciosas informaciones Soledad añadió un bote de “tapenade” de aceitunas negras y un vino de la región y una recomendación, que probáramos la “tropézienne”. Todo auguraba  y se confirmó, unas agradables vacaciones.

Sanary-sur-Mer hace honor a su título. Incorporado al mar en una  bahía no muy grande está presidido por una torre medieval y una iglesia, con su interior en estilo bizantino, -atendida  por un joven sacerdote español de nombre Rodrigo-. Sanary rezuma tradiciones marítimas. Las típicas barcas provenzales, de vela latina, llamadas “pointus” ocupan una parte no pequeña del muelle que está adherido al paseo marítimo que en realidad es la calle principal del pueblo. Dedicados en otros tiempos a la pesca actualmente son  treinta y cinco verdaderas reliquias  de la carpintería  de ribera y tienen el título de “Barcos de Interés Patrimonial”.

Mercadillo de Sanari, en 2018 nominado el mejor mercadillo de Francia

El primer miércoles, mercadillo. Como sucede habitualmente en Francia y también en España, la oferta de productos de la tierra para ilustrar una mesa no me defraudó en tanto que responsable de la intendencia familiar. Pero una particularidad no habitual en estas plazas, varios puestos de pescado, a los que había que acudir temprano pera comprar atún o pez espada, que hicieron la delicia de los amantes del pescado recién traído de la mar.

Playas, alguna de las cuales era accesible en un paseo de un cuarto de hora, tienen la belleza de las calas típicas de una costa algo escarpada. La de Six Fours-les-Plages, pueblo unido a Sanary sin solución de continuidad, más extendida y con hamacas y sombrajos, buenos restaurantes, excelente por su suave pendiente para el baño de niños  y mayores sin demasiado interés por la natación deportiva. Enfrente de la playa una vista de conjunto de Sanary y poco más hacia el oeste Bandol, algo más grande que Sanary, al que se puede acceder dando un paseo y que tiene una amplia oferta de restaurantes y un puerto deportivo con aguas más profundas que el de Sanary-sur-Mer. Muy cerca la pequeña isla de Bendor, convertida por Paul Ricard –que la adquirió desierta en los años 50- en centro turístico con hoteles,  iglesia, apartamentos y puerto deportivo. 

Playa de Six-Four-les-Plages. En el horizonte la isla de Embiez

Otra isla cercana,  Embiez, también propiedad de la familia Paul Ricard y muy cercana a Six-Fours-les-Plages, en sus noventa y cinco hectáreas hay una interesante variedad de paisajes, pequeñas calas,  viñas y al estar muy poco construida es ideal para aficionados al senderismo.  A ambas islas se puede acceder desde Sanary en pequeños barcos  con horarios regulares.  En Embiez un trenecillo recorre la isla con paradas en puntos donde poder contemplar la belleza del entorno.  Paul Ricard, enterrado en la isla, fue el creador de un  imperio de bebidas alcohólicas, que comenzó con el famoso “pastis” Pernod, autorizado cuando se produjo la liberación en 1944 después de la prohibición por el gobierno de Vichy. Hoy  posee varias firmas mundiales y entre ellas está la española Larios famosa por su ginebra.

En la isla de Embiez una red de caminos invita a hacer senderismo

Entre los grandes atractivos de esta zona de la Costa Azul francesa está el hecho de que a poco más de una hora de coche y con una buena red de autopistas y carreteras comarcares podemos visitar los puntos más interesantes de la Provenza  como Aix-en-Provence, el parque natural de La Camargue, Saint Remy, refugio de Carolina de Monaco, L’Isle sur la Sorgue, el parque natural de Luberon o ciudades como Marsella y Toulon. 

Atardecer en la costa

Terminamos nuestros días de descanso  con un almuerzo en Saint Tropez y con ganas de acercarnos a Cannes y Niza, un poco más lejanos pero también asequibles en un solo día. 

(Fotos por Paloma Ausejo)

LA PALMA; CUIDADO…. QUE ENAMORA

“El polvo se te mete en el alma”, palabras de mi amigo periodista y palmero de nacimiento y corazón José Juan Pérez Capote al referirse al Carnaval de los Indianos, que se celebra en La Palma cada lunes de Carnaval. Mi curiosidad se desencadena y ¡Al carnaval palmero me voy, donde mejor se puede gozar!

En el Bosque de los Tilos

El origen de la fiesta remonta a mediados del siglo XIX cuando la ciudad entera corría a recibir a los nuevos indianos procedentes de Cuba donde partieron para hacer fortuna y volvieron con dinero y con nuevas formas de vestir, joyas, tabaco, puros y ritmos musicales traídos del Caribe cubano. En 1920 un grupo de amigos e ilustres de La Palma deciden disfrazarse durante los Carnavales parodiando a los Indianos que llegaron de Cuba, dando pie a lo que hoy conocemos como “Carnaval de los Indianos”.

“De la Habana ha venido un barco… De mi ventana huye el barco venido ayer de La Habana. ¡Saltemos del lecho al barco, lucera de la mañana!” cantaba el poeta de la mar, Rafael Alberti, en su obra “Marinero en Tierra.

Ataviados con guayabas, trajes de lino, vestidos de época, joyas, abanicos, sombrillas de encaje, portando maletas de cuero supuestamente repletas de dinero y acompañados de sus sirvientes de origen africano. Los participantes se dirigen a la Plaza de España renombrada Plaza de la Habana para la ocasión. Durante “La Espera”, al son de ritmos caribeños, esperan el recibimiento del Cónsul de Cuba en La Palma. Con la llegada de la Negra Tomasa, Embajadora de la fiesta y representante de los criados negros traídos a La Palma, da comienzo la fiesta que durará hasta la madrugada. 

Una nubareda blanca  empaña la ciudad. El comienzo de la guerra de polvos de talco, forma parte de una de las leyendas de las Islas Canarias, creyéndose que se remonta al siglo XIX cuando un barco dejó en el puerto un cargamento de harina en mal estado que se utilizó como ocasional material de diversión durante el Carnaval que a la sazón se celebraba. Esta idea no llegó a tomar carta de naturaleza en la historia de la isla y actualmente se cree que proviene de una sociedad secreta cubana, el Ñañiguismo,  uno de cuyos rituales consistía en blanquearse la piel. 

La alegría se desata por las calles, una sana fiesta en la que la blancura contrasta con los verdes variadísimos de la isla. No faltan guajiras, guaranchas, guanguancós, habaneras. El ron y los mojitos corren generosamente y la comunicación entre vecinos y visitantes se produce de forma natural. 

El que viene para disfrutar del Carnaval tiene el valor añadido de estar en una isla que conserva su naturaleza salvaje e inusitada. Parques Naturales y parajes vírgenes inundan la isla de apenas 706 Km2 ofreciendo variadísimos paisajes de incomparable belleza. 

Caldera de Taburiente, Las Nieves y Cumbre Vieja; caminar por Los Tilos, entre helechos gigantes, el Cubo de la Galga, una ruta fácil donde observar la laurisilva en todo su esplendor o llegar hasta el Mirador del Roque de los Muchachos, el punto más alto de la isla a 2.426 metros de altura donde se encuentra el Observatorio Astronómico de renombre mundial, son citas casi obligatorias para los amantes de la naturaleza.   Caminante, hay camino, La Palma se hace al andar; no te puedes perder la ruta de los volcanes en Fuencaliente. ¡Buen camino!, respira a pleno pulmón y disfruta, siente el imán de la tierra bajo tus pies y emprende el sendero hacia lo desconocido pero mágico, que te impregna de energía, el sendero es una guía que quizás te lleve hasta el mar. 

Un mar de azul intenso, profundo, un mar inquieto, cuyo ruido constante de las olas que rompen con fuerza contra los acantilados contrasta con silencio y el sosiego de los bosques, ¿aparecerá un duende?.  No sé si me he perdido en la profundidad de los bosques o la inmensidad del mar, ambos me transportan hacia el infinito. Al infinito hacia el que mira el palmero, mirada del que ve la vida pasar, de quien la vive con pasión o con tranquilidad, pero nunca indiferente ante un estado de ánimo placentero, de una vida apacible, al ralentí, sin prisas. Del que la vive intensamente o tranquilamente, pero saboreando cada segundo del día. Del que se levanta con una sonrisa y se acuesta con una sonrisa.

Tecnología, big data, blockchain, marketing; estrategias de fidelización. Hoy en día se puede viajar si salir de casa, pero nada puede sustituir a la experiencia del viaje, al descubrimiento de lo desconocido, a La Palma que fideliza, definitivamente, que enamora. “Mindfulness”, la atención plena, el aquí y ahora; “cittaslow”, el movimiento lento; ¿se inventaron aquí?. ¡Pierde la noción del tiempo y quítate el corsé de los horarios, la prisa no es una premisa en La Palma. No se puede vivir eternamente anclados en el pasado… ¿o sí?Deja que el ruido de las olas del mar meza tus pensamientos y abandónate a los ensueños. La Palma huele a tierra, a aire, a larva dormida, a mar.

De nuevo me permito la licencia de citar a   Rafael Alberti y a  su – “Marinero en Tierra”. “El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! Por qué me trajiste, padre, a la ciudad”

La Palma se me metió en el alma.