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Acerca de Antonio Ortiz García

Antonio Ortiz García es Embajador de España. Tras diez años de docencia en la Complutense, sirvió a España como diplomático en Iberoamérica, Europa y África y en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ha ocupado entre otros puestos los de cónsul en Metz, Berlín y Toulouse y embajador en Ghana y Togo, Rumanía, Organismos Internacionales en Viena y Hungría. Es Doctor Honoris causa por la Universidad de Craiova (Rumanía).

CULPABLE: LA MINISTRA

«El Español» informó que en la reciente cumbre hispano italiana Sánchez-Conte confundió la bandera de Italia con la de Méjico. Aunque sea difícil, habrá que creérselo, pues dos horas después del error, Arancha González Laya se disculpó en Twitter: “Decididamente la noche ha sido corta y se nota; disculpas”. 

Bandera nacional de Mexico
Bandera nacional de Italia

El gobierno del frente popular sanchista comunista acusa a todo contrario de ser de derecha extrema; sin embargo, no reconoce mi admite que se califique su propio comportamiento de extrema izquierda. En sus filas cuenta con miembros peculiares, empleando una suave expresión..

Uno de los más visibles por razón del cargo es el titular del departamento de Asuntos Exteriores. La prensa insumisa airea supuestos sucedidos difíciles de creer. El  periódico digital El Español afirma que en la reciente cumbre hispano italiana Sánchez-Conte confundió la bandera de Italia con la de Méjico. Aunque sea difícil, habrá quecreérselo, pues dos horas después del error, Arancha González Laya se disculpó en Twitter: “Decididamente la noche ha sido corta y se nota; disculpas”.  A pesar de la oscuridad, un mínimo de práctica diplomática hace difícil  no ver al águila atrapando a la serpiente con el pico y la garra.

En las sociedades avanzadas se practica la responsabilidad del dirigente, quien debe estar alerta o ser debidamente asesorado para evitar burdos errores. Y a propósito de banderas, siempre he afirmado que si en una cancillería española en el extranjero ondeara la nuestra hecha girones o destrozada, o no respondiera a la vigente normativa, el culpable sería siempre el embajador. 

Recuerdo ahora una importante conferencia del OIEA Organismo Internacional de la Energía Atómica en el V.I.C Centro Internacional de Conferencias de Viena, en mis años (1986-2000) como embajador multilateral en Naciones Unidas y demás agencias con sede allí,  donde viví un hecho insólito. A fuer de experiencia y desconfianza suelo, solía pues ya aquello es para mí remoto pasado, fijarme en la presencia de nuestra insignia nacional en su debido lugar. Antes de entrar en el edificio comprobé con horror que la enseña rojigualda ostentaba el viejo aguilucho sanjuanista; y esto poco antes de la llegada del resto de la delegación española presidida por un ministro del gobierno. Con cara de pocos amigos exigí la comparecencia inmediata del director del V.I.C. y le  conminé a que izaran la bandera constitucional, con la amenaza de plantear para escándalo de Austria una cuestión de orden al inicio de la reunión, haciendo así oficial y pública nuestra protesta. Un tanto lívido acusó al servicio de protocolo, que es lo clásico, y a los cinco minutos procedieron a la requerida sustitución. La bandera con el actual escudo constitucional data de 1981. En la bronca privada, pues tuvo suerte y no llegó a ser abierta, subrayé que más de un lustro es suficiente para actualizarse. No sólo en España hay chapuceros. 

Sede y bandera del Organismo Internacional de Energía Atómica (Viena)

Y en relación con Austria y las banderas cuento otra aventurilla. Cuando llegué a Accrá en Ghana, África Occidental, mi primer nombramiento de embajador, conté por telegrama a mi ministerio que imaginé haber llegado no a la embajada del reino de España, sino a la de la república de Austria, tan descolorido estaba el amarillo que parecía blanco y el rojo mas muerto que vivo.  Arriamos la bandera, busqué otra de repuesto y pedí a Madrid varias que tardaron un siglo, pero llegaron al fin. Naturalmente si la bandera estaba hecha guiñapos,  la culpa recaía en el embajador, que era yo mismo.

Me cuentan que en Londres, con la que está cayendo en la pérfida Albión, el MAEC, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación que además se llama de Unión Europa, es decir más nombre que contenido, se ha olvidado de prever la sustitución del embajador, lo que resulta difícil de admitir, pues el actual titular ha cumplido la edad de jubilación. A mi modesto nivel, como Embajador de España en Budapest Hungría, también me sucedió cuando pasé a la muerte administrativa, que intenté sin éxito retrasar en base a un dictamen de mi amigo Julio Diego González Campos, catedrático de Derecho Internacional y magistrado del Tribunal Constitucional. La superioridad dispuso un decreto para mi cese, al haber sido nombrado también por real decreto. En el caso del Reino Unido, la culpa de todo es de la ministra, distinguida funcionaria internacional pero sin práctica alguna de gobierno ni gestión administrativa. La prensa todavía independiente la ha culpado. Y si en niveles inferiores se les ha ido el asunto de las manos, también la culpa es de la ministra. La ministra es culpable.

Lo terrible para España y para nuestra honra histórica es el olvido de la permanente herida de la última colonia en suelo europeo, nido de traficantes, delincuentes económicos y contrabandistas, con la complicidad del Reino Unido. Muy triste es que no se aproveche la espantada británica de la Unión Europea para buscar una digna solución a la gran vergüenza. Gibraltar, Gibraltar, Culpables somos todos, pero en primer lugar la actual ministra del exterior. La ministra es culpable.

El ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán (1982-85) hace unas declaraciones en un sala del aeropuerto de Barajas

El tema del escalafón de la Carrera tampoco es baladí. En esta ventana al mundo ya he aireado hace poco esta mutilación de nuestra Carrera, al haberse suprimido la mención de sus componentes jubilados, aunque todavía en vida. La purga parece permanecer de momento. Ya hay antecedentes del primer gobierno del partido socialista obrero español, PSOE, en 1982, que redujo la edad de jubilación de los diplomáticos profesionales de setenta a sesenta y cinco años. Y aquel partido socialista dirigido por Felipe González Márquez tenía poco que ver con sus supuestos seguidores de hoy. Luego, cuando fueron envejeciendo sus militantes se volvió a la normativa anterior. Si el escalafón de hoy no publicado pero si en la red está mutilado, la última culpa también es de la ministra. Es ella quien ocupa la clave de la cúpula administrativa. La ministra es culpable.

En el capítulo de falsedades destacan las falsas embajadas de falsarios. Innecesarias, inútiles, contraproducentes y contrarias a la Constitución, al Reino, al Rey y a los españoles. La callada por respuesta del ministerio ante el independentismo enloquecido de golpistas y sediciosos obedece a un departamento anestesiado, a cuyo frente está la actual titular. La ministra es culpable.

Aunque no parezca conocer a los diplomáticos españoles, debería mostrarles un mínimo respeto y no caer en el intrusismo. Pocos ministros de exteriores de diversos gobiernos y épocas, ya fueran funcionarios, políticos, enchufados,apparachiks, o militantes fervorosos han sido capaces de mantener un servicio diplomático y consular con los miembros de la Carrera. Alguna prensa digital poco sanchista califica de nombramiento más sorprendente de este gobierno el de Angel Martin Peccis como nuevo embajador de España en Cuba. Es el quinto embajador político y se dice que, a diferencia de los otros cuatro, su único mérito es el de ser amigo y recomendado del ministro de Transportes José Luis Abalos, favorito del presidente, quien pidió a Arancha González Laya que le nombrara. Si no tiene otra valía y en un puesto tan delicado como La Habana crea ó no resuelve algún problema, la ministra será culpable.

Toda situación por mala que parezca es susceptible de empeorar. La continuidad de este gobierno Frankenstein, inevitable en el circo político de nuestra pobre patria, puede depararnos peores momentos. Pero las purgas no pasarán de ser nominales. Ejemplos no faltarían a los chavistas comunistas. En asuntos de interior, basta con ver la desastrosa gestión de la lucha contra la pandemia dirigida por Simón el falsario, Illa y su comité de expertos. 

En los asuntos exteriores cualquier catástrofe es imaginable en el universo mundo. De males mayores que los ya padecidos, Liberanos Domine.

Antonio ORTIZ GARCÍA, Embajador de España

EXTRAÑO VIAJE DE UN LIBRO DE VIAJES DEDICADO A FOXÁ

El viaje forma parte de nuestra vida;  pasamos mucho tiempo hablando, soñando o preparando algún traslado. En un lejano pasado español, en los años cuarenta del anterior siglo, mi siempre recordado padre Antonio Ortiz Muñoz escritor y periodista sevillano (1906-1968), convencido de que el mundo está para verlo, se especializó en literatura de viajes.

Antonio Ortiz Muñoz dedicó su obra «Otro español en América» a su amigo Agustín de Foxá

Miles de artículos, en el diario YA de Madrid y en muy variadas publicaciones, además de charlas, clases y conferencias, bastantes premios y concursos, le llevaron a escribir una veintena de libros y a la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

Heredamos sus descendientes el amor por los libros y el gusto por los viajes, aunque hoy en día no es mi profesión la más viajera. Así lo he contado ya en algún escrito. Pero los libros no nos faltan; de preferencia encuadernados y en papel; tenemos un maravilloso sol y la nube no me invita a la lectura. Mi hijo Antonio Ortiz III, el más bibliófilo, y mi nieto Antonio Ortiz IV son también grandes lectores en diversas lenguas. 

Y esta nueva salida mía a nuestra ventana al mundo va de un libro de Antonio Ortiz I: “Otro español en América”.  AO III suele bucear en la red y ha poco encontró en la librería anticuario “Galgo”, de Ribadeo, provincia de Lugo, un ejemplar anunciado como firmado por el autor, y lo encargó. La sorpresa cuando lo recibió fue que estaba autografiado y rubricado en Madrid, en julio 48  “a Agustín de Foxá,  gran poeta, gran escritor y gran amigo. Cordialmente Antonio Ortiz”.

Portada y Dedicatoria a Agustín de Foxá

Recuerdo de mi infancia alguna mención de mi padre, coetáneo del gran poeta, nacidos ambos en 1906, expresando su admiración por la espléndida prosa del conde, a quien debió conocer antes de la guerra civil en Madrid,  

Imagino aquí el viaje del libro dedicado desde Madrid en 1948 hasta 2020 en Ribadeo, pasando por las manos de mi muy ilustre compañero y antecesor, pues Foxá fue secretario de embajada en la Legación de España en Bucarest Rumanía, donde yo he pasado dos cuatrienios de mi vida profesional. 

Como solo los caminos del Señor son, según San Pablo, inescrutables, AO III intenta escrutar, con ayuda del anticuario librero que se lo vendió, que senderos ha recorrido el «Otro español en América» hasta volver a la biblioteca familiar. La respuesta fue esta:

Correo en el que el anticuario José Luis Carnota sugiere el posible camino
del libro dedicado a Foxá, desde su biblioteca de Sevilla a la librería Galgo de Ribadeo

Con indulgencia debemos perdonar la ofensa de malbaratar el libro, que recompró mi hijo por 22 € envío incluido.  

Satisfecha, en la medida de lo posible, la curiosidad de bibliófilos de AOIII y la mía propia, prosigo mi relato de mi padre recogiendo en sus páginas crónicas de una misión cultural por los países hermanos de América. Nada más lógico que en su nunca olvidada y clara caligrafía se lo hiciera llegar a uno de los mejores cantores de los pueblos hermanos del gran continente hispanohablante, donde crece y se extiende cada día más nuestro idioma universal, pese a los estúpidos aldeanismos que presenciamos en la tierra originaria del español.

Portada de la biografía de Agustín de Foxá escrita por el diplomático Luis Sagrera

Mi compañero y amigo también coetáneo Luis Sagrera Martinez-Villasante, en su magnífica biografía  del académico y diplomático, publicada en 2009 en la colección La valija Diplomática, aclara este viaje imaginario al referirse a la generosidad de Agustín, quien regalaba sus libros.

Foxá nos dejó un elocuente autorretrato: “Gordo; con mucha niñez palpitante en el recuerdo. Poético, pero glotón. Con el corazón en el pasado y la cabeza en el futuro. Bastante simpático, abúlico, viajero, desaliñado en el vestir, partidario del amor, taurófilo, madrileño con sangre catalana. Mi virtud, la imaginación mi defecto la pereza”.  En tal estilo de vida impreciso brillaban siempre los comentarios y anécdotas punzantes y políticamente incorrectas, que se diría ahora, y que generaron recuerdos ocasionalmente falsos.

Cuenta José María de Areilza conde de Motrico, embajador de Franco en la República Argentina en los años finales de los cuarenta, el paso por Buenos Aires de una delegación española que  llevaba a Japón el brazo derecho de San Francisco Javier. En la recepción en la residencia de la embajada Agustín de Foxá brindo por los esforzados compatriotas capaces de dar la vuelta al mundo con el brazo en alto. Si era en verdad un mérito, aunque se trata de media verdad. Sí hubo tal delegación, pero el viaje a Japón fue por la América del norte y no por el cono sur. Mi padre formaba parte de la expedición, que relató en su libro “Un periodista da la vuelta al mundo”, acabado de imprimir el 2 de febrero de 1950 en los talleres tipográficos de la Editorial Magisterio Español.

Folleto de promoción del libro «Un periodista da la vuelta al mundo»

Imaginando viajes y con el brazo en alto, no el de Javier apóstol de Oriente sino el suyo propio y cara al sol, de cuya letra ideó la primera estrofa, Foxá pudo haber llevado algunos libros –y porqué no éste a Roma.  Allí reía de los cuernos del ministro de Asuntos Exteriores del caudillo italiano, el Duce, de etimología más cercana al latín que la de caudillo, nuestro “centinela de occidente”.  Acusaba al italiano de lo mismo que a él habían reprochado en España hasta la saciedad, solo que él se lo tomaba con más humor. El cuñadísimo», Ramón Serrano Súñer, homólogo español del conde italiano, cuenta en sus memorias políticas cómo Ciano presionaba de forma vehemente para que se expulsara a Foxá de Italia, llegando incluso a acusarle ante el gobierno español de espía de los aliados. Serrano, que era amigo de Foxá y buen conocedor de su carácter y de sus ocurrencias, acabó, en una llamada telefónica con Ciano,  por sentenciar el asunto: “El camarada Foxá saldrá de Italia por chistoso, pero no por espía”. 

El matrimonio Ortiz García y los Ortiz Muñoz en Volendan, pueblo de pescadores en el Zuidersee, con trajes típicos holandeses

Siguiendo con viajes, Lola mi mujer comenta con nuestro hijo Antonio Ortiz III, quien encontró el  libro dedicado y abandonado, que en Berlín, donde pasamos cuatro años en el histórico edificio de la Embajada de España, en dos tercios ruinosa y hoy por fin reconstruida tras ser salvada de la ocupación por Zoo gracias a mis desvelos y disgustos, había sacado de entre escombros del sótano una revista donde aparecía algún artículo de Foxá y otro de mi padre Antonio Ortiz I. 

Al recordar aquella época nuestra, no puedo dejar de mencionar, como varias veces lo hice en la prensa española, la leyenda del regalo de Hitler a Franco. Nuestra embajada era un palacete propiedad española cercano al Landwerhkanal, y estaba ubicada en el eje este-oeste de los planes del Gran Berlín, proyectado por el arquitecto del III Reich, siguiendo la megalomana decisión del Führer.  La casa fue expropiada y uno de los discípulos de Albert Speer construyó en puro estilo nazi un nuevo edificio, similar a los de Italia y del Japón, uno de los pocos que sobrevivieron a los bombardeos aliados durante la terrible segunda guerra mundial.

Lo más probable es que el libro en cuestión acabara en la casa de su madre, la marquesa viuda de Armendáriz  en la calle de Ibiza, número 1, donde falleció Agustín de Foxá y Torroba, el 30 de junio de 1959 a los cincuenta y tres años, tras su vuelta a Madrid, sintiéndose tan mal, tan mal, que le parecía que aquí llegaba el último de Filipinas, su puesto final. 

Era notoria la admiración de mi padre por el gran poeta, a quien menciona en Buenos Aires al hacer la crónica de la gran emoción vivida en América con motivo de la muerte del mítico  Manolete, El torero más valiente del ruedo, el abanico difícil de su izquierda –que hace al toro satélite, luna de tu oro antiguo, con órbita de estrellas. 

Foxá, a quien Curzio Malaparte convirtió en Finlandia en personaje legendario, concita igualmente la admiración de los diplomáticos españoles al cantar como nadie nuestra profesión:  

Amigos que en lejanas latitudes,

representáis de España las virtudes,

del pino sueco al tropical palmar.

Norte y Sur: y a distancias infinitas,

Pagodas, rascacielos y mezquitas;

Toda tierra en vuestra imaginación.

….

Estas vaguedades con mezcla de recuerdo, añoranza y esperanza me hacen meditar sobre los libros, que llenan nuestra vida y el viaje permanente de nuestra existencia. Mi padre Antonio Ortiz Muñoz y mi antecesor Agustín de Foxá pueden servirnos de estímulo en estos tiempos de tribulación.

Caricatura de Antonio Ortiz Muñoz regalo de el diario YA

Salud paz y bien para todos. Madrid, diciembre de 2020.

Antonio Ortiz García. Embajador de España

EL MISTERIO DEL ESCALAFÓN MUTILADO

Aunque lo parezca, no es una novelita policiaca, ni un cuento de intriga. Pero si hay que hacer una averiguación sobre una situación un tanto misteriosa.

Para los visitantes de nuestra ventana al mundo, a quienes imagino numerosos y plurales, convendría una mínima referencia al escalafón; y en esta circunstancia me refiero al de la Carrera Diplomática. Los diplomáticos españoles son un pequeño colectivo; los profesionales en activo no superan el millar, número reducidísimo para el amplio despliegue de España en el planeta. Los hay de todos los sexos, colores y plumajes; tampoco siempre bien avenidos, pues la ocasional acusación de corporativismo es falsa. No creo que en comparación con grandes y medianas potencias seamos muy diferentes. 

La lista de los diplomáticos el llamado escalafón, según el  DRAE es la lista de los individuos de una corporación, clasificados según su grado, antigüedad, méritos, etc. Mi provecta edad obtendrá de la benevolencia de los lectores tolerancia con la falsa modestia de una “auto-cita”.  En un libro aparecido en 2013 en la colección La valija Diplomática y con el titulo Las papeleras del Reino hice ya sesudas y jocosas consideraciones sobre tan preciado documento  (páginas 53 y siguientes); reitero aquí que es apreciado, coleccionado y consultado. El último publicado es de primero de junio de 2017, desde entonces no había aparecido ninguno y ahora se distribuye en la red  uno recién confeccionado. Debe ser el primero de nuestro actual gobierno de coalición sanchista-comunista. 

Observo como muchos otros compañeros y amigos que le falta la última parte, donde en años anteriores se relacionaba el personal diplomático jubilado con su categoría, en el caso de los Embajadores de España de carácter vitalicio. Esta mutilación disgusta y preocupa. Para muchos es prueba de su supervivencia, pues los que no aparecen han pasado a un destino eterno. R.I.P. Para otros, todavía aquí, es recuerdo de un pasado a veces mejor. 

En la historia de la humanidad hay múltiples antecedentes de similares supresiones. Con la que está cayendo, quizás sea un asunto baladí para la ciudadanía, pero si lo creo trascendente para un colectivo que ha desempeñado el papel de contar España al mundo y que afecta a su honra, que “es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios”, en decir de nuestro gran clásico. 

Los asirios y mesopotámicos amañaban sus tablillas cuneiformes de arcilla, lo que resultaba fácil. Las leyes de la ciudad estado de Lagash, en los albores de la escritura,  eran cilindros y conos arcillosos que desaparecían sin dificultad mayor.

Nefertiti, esposa de Akenaton (Museo Egipcio de Berlín)

En el Egipto de los faraones algunos solían borrar –y estaban esculpidos en piedras, algunas duras- el cartucho con el nombre en jeroglífico de un antecesor castigado, como pasó con Akenatón por proclamar un único dios, olvidando a las variadas divinidades que perviven hoy en monumentos y papiros. En su caso,  se arrasó además la nueva ciudad de Tell El Amarna. 

En el mundo de la Grecia clásica, en Efeso se incendió voluntariamente por guerras religiosas una de las maravillas del mundo, el templo de Artemisa, cuyo recuerdo había sido proscrito.

La damnatio memoriae, calificativo que empezó a utilizarse en el Renacimiento, era practicada en el Imperio Romano.  Caracalla, gran tirano, asesinó a su hermano Geta y mandó borrar todos los retratos de la familia de Septimio Severo  y de su esposa Julia.  

Al comienzo del Cristianismo, el Papa Esteban VI arrojó al Tíber el cadáver de Formoso, su antecesor, a quien desenterró para hacer desaparecer su memoria de entre los vivos.

El rio Tíber, tumba definitiva del Papa Formoso

En el palacio de los Dogos de Venecia, la sala del mayor consejo fue despojada de algún retrato para no recordar a un Dux, a quien su sucesor había considerado indigno.

Más cerca, en la Unión Soviética se borraron nombres, fotografías y menciones de los proscritos, aun antes de ser físicamente suprimidos, como Trotsky y otros camaradas condenados.

Los dirigentes que no son capaces de asumir su propia historia crean ministerios de la verdad para ir reescribiendo los sucedidos de épocas anteriores. George Orwell nos lo cuenta en su utopía 1984; en la mítica potencia totalitaria Oceanía, los enemigos desparecen vaporizados de todo registro y periódico. 

Jerarcas de la URSS presididos por Andrei Gromyko reciben a los reyes D Juan Carlos y Dª Sofia en su visita a la Unión Soviética

No solo en la literatura. En la Argentina post-peronista fue prohibida la mención del general: Perón que grande sos…

Cabría mencionar la revolución cultural china de Mao, la lista negra de Hollywood y muchos más ejemplos. 

Aquí mismo, en España la Ley 52/2007 de 25 de diciembre de memoria histórica dispone en su artículo 15.1: “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.

Ya antes, el Gobierno del Partido Socialista Obrero español, tras las elecciones de la primavera de 1982, decretó una purga de diplomáticos veteranos rebajando la edad de jubilación de los 70 a los 65 años, quizás para eliminar, no al estilo soviético, sino por destierro administrativo.

En Egipto, ya con su vieja tradición, desaparecieron los nombres de Hosni Mubarak y su esposa Suzanne tras la Revolución de 2011; sus nombres fueron eliminados de calles, parques, edificios y otros lugares públicos. 

¿Cuál es ahora el misterioso motivo de nuestra damnatio memoriae?. ¿Será un adelanto de la puesta en práctica de la futura ley de eutanasia?  ¿Querrán reducir la bolsa de las pensiones o los gastos de la seguridad social? 

Muchos estamos en tiempo de descuento sin ayuda del covid. En la ola de supresiones, desde la libertad de educación hasta el uso del español, nuestro idioma universal, no cambia demasiado la eliminación de la memoria de unos ancianos embajadores de España y viejos funcionarios, que tuvimos a gala y honor servir al Reino.

El Arcángel san Gabriel y la Anunciación de la Virgen (Capilla de Areneros, Madrid)

Pidamos a la divinidad y a nuestro Santo Patrón el Arcángel San Gabriel  que se disipen estas nubes y reaparezca un escalafón como toda la vida… (de nuestra Carrera). Quiero además ser optimista y pensar que el muñón del último escalafón no tiene más misterio que un olvido de una administración en la línea de ineficacia y errores de los últimos tiempos.  ¡Que este virus informático no sea anuncio de peores cánceres!.

Salud, paz y bien para todos.

Antonio Ortiz García Embajador de España

QUERIDOS COMPAÑEROS, «DE SENECTUTE PRO SENECTUTE»

Ahora que el conducator y caudillo de la nueva normalidad o régimen de los milagros –ha salvado ya hasta casi medio millón de ciudadanos-  y espera incrementar el número de salida de ancianos, conviene romper alguna lanza a favor de la tercera edad. 

No quisiera plantear el dilema de muchos alemanes entre salvar a los antiguos o superar el covid 19. Pero, mientras la canciller Angela Merkel esté en el poder -y no piensa retirarse hasta otoño del año próximo- no se sacrificará con el aislamiento de los ancianos para que los jóvenes y más fuertes ante el coronavirus salven al país. En mi actual etapa vital, debo clamar DE SENECTUTE PRO SENECTUTE.

En el mundo greco-romano y en culturas clásicas se inventó el senado, y en las tradicionales como la africana los veteranos no somos un estorbo. Incluso en nuestra áspera España, muchos abuelos sirven de sostén y ayuda a las familias y recuerdo haber oído en mi infancia el elogio de la experiencia: del viejo, el consejo. Espero sobrevivir a la pandemia y a la ley de eutanasia. 

Embajada española en Ghana

Leo comentarios y reflexiones de compañeros de muy variado pelaje incluyendo muchos jubilados, bastantes octogenarios e incluso algún nonagenario. En mi profesión de toda mi vida, sin cambiar, pues yo modestamente he sido y soy sólo diplomático español, he conocido de todo: muchos juristas, bastantes economistas, arquitectos, médicos, ingenieros, filósofos, historiadores, escritores, compositores, músicos, políticos, deportistas y un largo etcétera. Naturalmente me refiero a los profesionales que figuran en el escalafón. 

Algún afortunado ha conseguido lo que fue mi aspiración inalcanzada; cambiar de profesión y convertirse en triunfante abogado, funcionario internacional, banquero, catedrático, académico, parlamentario, gobernante o empresario. 

No incluyo en esta lista a los cuneros, desde la anterior dictadura hasta las turbulencias actuales, desde falangistas hasta aparachiks, sin olvidar alcaldes, catedráticos, aristócratas o profesionales de la escalera. Aunque no todo es trigo limpio,  a pesar de todo, en general son peores los no profesionales, como le dije a Felipe González en Bucarest en los años noventa.

Vajilla de las embajadas de España

Melitón se refiere a la edad provecta que felizmente alcanzó y espera superar, aunque tiene sus dudas, pues dice con acierto que estamos ahora gobernados por politicastros que ignoran el significado y la grandeza del bien común frente a una oposición dividida y no siempre coherente ni eficaz. 

Chencho no discrimina y dice haber consumido en sus destinos más de trescientas cajas de de cava catalán, sin querer darles un euro a los franceses mientras que Cataluña sea España, ha enviado desde el extranjero a familiares, políticos y amigos a que visiten Cataluña, sin distinguirla de Asturias, Canarias o Andalucía que es su tierra, tengo ahorros en un banco catalán, etc, etc.. 

Entre los diplomáticos españoles, y si yo fuera políticamente correcto –que no quiero serlo- diría y las diplomáticas, los de todos los colores y pelajes. Para mí, todos son iguales, pues creo en el artículo 14 de nuestra querida y respetada Constitución (muchos todavía lo sentimos y así lo hacemos:, iguales ante la ley…sin discriminación alguna por razón de raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Acabo de escuchar a mi tocayo, compañero y amigo Oyarzabal en una nube. Ahora en medio de la peste roja hay que hacer así las cosas. Hablaba de sus recuerdos en la Fundación Ramón Areces, a la que todos contribuimos comprando calcetines y en mi caso calzoncillos, y que además está dirigida brillantemente por otro amigo a quien conozco desde chico y a cuya boda asistí en París: Raimundo (ya no le llamamos Gogo) Pérez-Hernández. 

Antonio presentaba un nuevo libro –del que luego no dijeron nada, ni lo comentaron. Ya se lo preguntaré. Pero lo importante es que habló bien de nuestra profesión, de la Carrera Diplomática y reivindicó su actualidad, conveniencia e incluso necesidad. Para un modesto funcionario que no ha hecho otra cosa destacada en su vida, aunque lo realmente importante en mi caso ha sido procrear cuatro hijos –Dios les dé salud-  oir afirmaciones positivas de una profesión criticada, vilipendiada e incluso despreciada es como un bálsamo en la vejez, un reconstituyente del espíritu.

Amigos que en lejanas latitudes

representáis de España las virtudes

He tratado centenares de diplomáticos profesionales de muchos países, incluyendo nuestra querida España y en general he encontrado –con las inevitables excepciones- servidores honrados y fervorosos de su país. Quizás haya tenido con algunos de los míos –los españoles- alguna diferencia de opinión. Pero hasta mi defunción administrativa solo los recuerdo como leales servidores del Reino, honrados funcionarios y amistosos compañeros. No conozco demasiados jóvenes, pero he visto vocación, amor y afición por este complicado oficio. También guardo recuerdos positivos de aquellos que marcharon y veo hoy en las últimas páginas del ABC,…  pero a estas alturas y en las diez de últimas solo puedo y quiero decir

Paz, bien y salud, queridos compañeros.

Antonio ORTIZ GARCIA

Embajador de España

LOS CIELOS DE MANUEL ALCALÁ

El fallecimiento en Málaga del Padre Manuel Alcalá López-Barajas S.J. el pasado día de san Juan Bautista, martes 24 de junio de 2020, ha tenido gran eco en Sevilla y en toda Andalucía, su tierra natal y teatro de su actividad. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1943, estudió teología en Austria, se doctoró en Alemania y durante sus más de setenta y cinco años de jesuita desarrolló su ministerio por toda España

Su personalidad y sus saberes eran como un diamante de muchas facetas con reflejos en variadas galaxias y en muchos cielos, siempre límpidos y sin nubes. 

A mi familia y a mí nos cupo el gran honor de disfrutar de su amistad, de su consejo y de sus bendiciones en momentos importantes para nuestra vida. Son un bálsamo para la nueva peste.

A pesar del clima agobiante de mentiras, incompetencia y opresión en que hoy vivimos, deseo dejar constancia para sus muchos amigos, seguidores y discípulos, de los recuerdos perdurables que los Ortiz -Lola y nuestros cuatro hijos María, Marta, Antonio y José-María y sus descendientes-   guardaremos del Padre Alcalá. 

En esta ventana al mundo, abierta a la cúpula de San Pedro, contaré cuales fueron nuestras vivencias, muy unidas a su ministerio, pero con una especial relación de amistad.

Regresado yo a España desde mi destino como “cónsul-obrero” en Metz, en Lorena, en 1975, convencido de que iba a vivir momentos históricos en nuestra patria, conocí a Manuel Alcalá a través de Julia Martínez, mi amiga de infancia y su marido Joaquín Diez-Fuentes (RIP), ambos economistas y devotos de unas “tenidas” matrimoniales religioso-gastronómico-culturales, a donde alguna vez acudimos el matrimonio Ortiz López-Cámara. 

El abierto espíritu del cura Manolo, como le llamaban, nuestro común origen andaluz y mi especial vinculación con Sevilla nos hizo pronto intimar. La transición política de la dictadura a la monarquía parlamentaria –ambos nos sentíamos demócratas y defensores de las libertades públicas- la larga marcha para volver a ocupar nuestro lugar en Europa  -éramos europeístas convictos- el amor por el cine, reflejo de nuestro tiempo y mis estudios y formación en el colegio de Areneros, fueron un variado campo para el intercambio intelectual y humano.

Participantes en un grupo de amigos del P.Alcalá

En aquella época, vivimos y comentamos la magna tarea de la transición española, desde la muerte del General Franco y el comienzo del fin del nacional-catolicismo, hasta la Constitución de 1978, ratificada con amplia mayoría por referéndum de 6 de diciembre, de la que siempre estaremos orgullosos como ejemplo al mundo de un cambio pacífico y ejemplar hacia la democracia. El padre Alcalá nos confirmó con mente superior y experiencia europea las bondades de nuestra ejemplar transición; en el cielo de los santos patronos de las naciones celará por la patria atribulada.

Con nuestra marcha de nuevo al exterior en junio de 1976, a la UNESCO en París, y en septiembre de 1978 a mi primer puesto como embajador de España en Accrá, Ghana, los encuentros se redujeron, pero el afecto y el interés se incrementaron. 

Al regresar a Madrid en 1981 crecieron también nuestros contactos y asistimos y comentamos el triunfo en las elecciones de octubre de 1982 del Partido Socialista Obrero Español, bien conocido por el P. Alcalá a través de algunos de sus protagonistas sevillanos. A la parroquia de las Misas caseras les gustó menos el necesario cambio que abría una época política de sabor europeo, incluido el referéndum sobre la permanencia en la OTAN 12 de marzo de 1986, que costó sudores a los socialistas pero dio talla de dirigente europeo a González Márquez.

Me entristece en la distancia ver lo que va de ayer (maravilla) a hoy (ni sombra). Siempre entusiasta y bien pensado, nuestro amigo jesuita habrá llegado al cielo de nubes multicolor de los paraísos prometidos en la propaganda electoral.   

Durante nuestros cuatro años en el Consulado General en Berlín (1984-1988), rodeados por el vergonzoso muro de defensa del socialismo realmente existente , había motivos para encontrarse con Alcalá, como motivo, su germanofilia y magnífico conocimiento del idioma y su casi profesión añadida como periodista y crítico cinematográfico. María OLC recuerda haberle conocido en la presentación en la Berlinale de la exitosa película de Jaime de Armiñán Stico, muy debatida al tratar el tema de la esclavitud en tiempos contemporáneos, tan cerca del paraíso de la clase obrera en la RDA.

La boda de Marta en Santilla del Mar en septiembre de 1989 permitió a familiares y amigos apreciar las dotes pastorales y políglotas del P. Alcalá y fue para nosotros motivo de gratitud y afecto por tan plural jesuita. Los amigos y parientes franceses del novio quedaron encantados con “mon Père” y su mundología, a pesar de ser un jesuita español. La verdad es que toda la familia Ortiz y sus amigos y familiares que acudieron a Cantabria, aun sin buscar a «Gil Blas de Santillane», guardan el recuerdo de la bella ceremonia, con acertada homilía, cánticos montañeses y banquete en el Parador Nacional. Esta y muchas otras pruebas de su fidedigno ministerio habrán llevado su alma a la gloria de los confesores

Lola López-Cámara y su hija María con el P. Alcalá en 1989 con motivo de la boda de Marta Ortiz López-Cámara en la iglesia de Santillana del Mar
Matrimonio de Marta y Christophe en la colegiata de Santillana del Mar, oficiado por el
P. Manuel Alcalá (septiembre de 1989)

Tras el éxito francófono de la boda las relaciones familiares continuaron con el bautizo en Normandía de Charlotte, hoy día distinguida juez “de la Republique” en las cercanías de París. Creo con esto que el padre Alcalá disfrutará del cielo volteriano del Doctor Pangloss, tan poco apreciado en el colegio de Areneros, pues en sus aventuras francesas pudo comprobar “que tout est bon, tout est bien dans le meilleur des mondes”.

A finales de agosto del año siguiente 1990, la joven pareja, como decían los novelistas clásicos (celebramos ahora el año galdosiano), bendecido el fruto de su amor. 

El padre Manolo continúa amable su labor de capellán de la familia Ortiz y viajamos con él a Normandía y oficia el bautismo de la neófita en la iglesita de Écrainville. En su destino en el cielo de los bautistas protegerá a su bautizada en su difícil tarea de la administración de justicia de la República Francesa.

En las páginas de mi álbum familiar de fotos recojo el memorable viaje de Antonio y Lola con María, desde París donde nos citamos, hasta la pequeña localidad de Écrainville, cerca de Fécamp en la costa normanda. 

Con toda la humedad y oscuridad de la región contrasta la calidez y amabilidad de los abuelos franceses de la niña, quienes nos acompañan a la iglesita del pueblo, con su adjunto cementerio, donde reposan algunos de sus familiares y nos acogen en su «maison de maìtre» que me gusta llamar Chateau Joubert

Bautizo de Charlotte Joubert en la iglesia de Écrainville celebrado por el P. Manuel Alcalá

La Carrera Diplomática de Antonio continua con los inevitables altibajos de tal profesión en España. La experiencia de Europa Oriental del 68 al 82 le sirve para volver a Rumanía, ya en Europa central en 1992. Seguidor de nuestro caminar por el mundo y conocedor de las religiones, los santos eremitas del desierto, los primeros cismas, los ortodoxos de Europa oriental y temas conexos, quiso venir a Bucarest Rumanía, para comprobar si lo que contaba en sus libros era cierto…Decía mi recordado padre Antonio Ortiz Muñoz que algún periodista pobre escribía libros de viajes para pagar los pasajes e ir a conocer de verdad la realidad imaginada.

En una semana de intensa convivencia, del viernes 17 de septiembre al viernes 24 de  1993 el pater me sometió a examen exhaustivo sobre diplomacia, diplomáticos nacionales y extranjeros, política exterior, protocolo, asuntos consulares, historia, comunismo y otros totalitarismos y un largo etcétera. En su último destino en el cielo de los justos  tendrá amplia materia de comentario con el  Arcángel San Gabriel, patrono (políticamente olvidado por la nueva normalidad) de la Carrera Diplomática Española.

Años después nuestros queridos gabachos completan la familia. Nace en París Fabiola Joubert Ortiz, el 23.07.98.

En un viaje de complicada logística, vamos todos al bautizo de la menor de nuestras nietas francesas. El sábado 5 de febrero del 2000, el ya experimentado capellán titular de la familia Ortiz bautiza a la pequeña bajo el áspero clima normando.

Almuerzo de celebración del bautizo de en el Chateau Joubert, de Fabiola Joubert Ortiz.
En primer termino el P. Alcalá

Una nueva y para la más alegre desde el fin de mi vida administrativa, que recuerdo y aparece con reiteración en mis felices sueños, fue la boda de nuestra primogénita María con Iñigo Ramilo Rodríguez de Robles en la Iglesia del Espíritu Santo de Madrid el 13 de mayo de 2006. El Padre Alcalá, como siempre y con cariñosa y sentida plática, nos acompañó en el acontecimiento que celebramos como las bodas de Caná, en el bello templo del saber, donde también contrajimos matrimonio Lola y yo, aparece una gloria resplandeciente en la que nuestro sabio capellán podrá alternar como escritor sacro con San Leandro y San Isidoro. 

El P Alcalá celebrando la boda de María Ortiz con Iñigo Ramilo Rodriguez de Robles en la iglesia del Espíritu Santo de Madrid (13-05-2006)

La ciudad de Sevilla y las Cofradías fueron nexo de unión con el Padre Alcalá. Nuestro común origen andaluz y su residencia hispalense en los últimos años de su vida activa nos llevaron a uno de nuestros últimos encuentros. Los descendientes de los hermanos Ortiz Muñoz celebramos, después de larga preparación, una gran reunión de todos los Ortizes. Todos muy católicos apostólicos y romanos pensaron en una misa en la considerada hermandad de la familia: la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, María Santísima de la Amargura Coronada, San Juan Evangelista y Santa Ángela de la Cruz.  Se preveía celebrar una Misa en recuerdo de nuestros mayores, en el Templo de San Juan de la Palma, visitar el tesoro cofradiero acompañados por el hermano mayor Pepe Pueyo Ortiz, y una convivencia y banquete el 3 de noviembre de 2007. 

Resultó que tanto capillita, como dicen los sevillanos y el día antes del acto se dieron cuenta de que no tenían un cura. Fue el primo Antonio quien los sacó del hoyo llamando a su amigo el del cineclub, al que bastantes parientes conocían. Todos se lo agradecieron mucho y creo que lo pasó muy bien en el convite en el tradicional círculo de labradores en sus instalaciones junto al río. Lo comentará con nuestros Sagrados Titulares en el cielo de la Pasión sevillana

El P Alcalá oficiante de la misa celebrada con motivo de la reunión familiar de los Ortiz

Las enseñanzas del Padre Alcalá y su permanente predicar evangélico nos impulsó probablemente a volver a Tierra Santa, donde seguimos las huellas de Jesús, quien con su nombre inspiró la Compañía a la que dedicó su vida nuestro “sermoneador”.

En el álbum de recuerdos aparece Lola en los jardines de la gruta de Belén en marzo de 2007 con la Duquesa Viuda de Fernández-Miranda, cuyo esposo, también R.I.P. fue máximo artífice de nuestra feliz monarquía constitucional restaurada por el meritorio rey Juan Carlos. 

En su cielo de los predicadores, nuestro amigo Manolo será protector de la estructura constitucional que garantiza la convivencia, la unidad y la democracia de nuestra España y protegerá al monarca Felipe VI el esforzado, de los insidiosos y traicioneros ataques de las fuerzas del mal.

Lola López-Cámara charlando con la viuda duquesa de Fernández-Miranda en los jardines de la Gruta de Belen, custodiada por los Franciscanos de Tierra Santa (Marzo de 2007)

 El último acto, más bien epílogo, fue el cumplimiento de los deseos muy insistentes y reiterados del jesuita –la perseverancia es una de sus virtudes para que escribiera sobre mi profesión de toda vida. Por fin en 2013 y en la Colección la Valija diplomática publique un libro, Las papeleras del Reino, que en buena lógica regalé con inevitable dedicatoria. «Como inspirador de estas líneas, aunque no memorias y con la esperanza de un juicio benévolo, aunque inmerecido por mis pecados muy variados». 

Antes e inspirados por nuestros viajes por Francia y disfrutando del buen humor, sin sarcasmo y poco burlón del clérigo, mis amigos y yo decidimos inventar el Alcalá santo. En la región de Dijon se estila el “Kir Royal”, una bebida a base de Champagne con cuatro cucharitas de crema de cassis, cerezas negras. Mi propuesta fue substituir el espumoso francés por cava catalán. Propongo a los eventuales lectores de estas líneas que brinden a la memoria de nuestro recordado mentor, deseándole gloria en el cielo del fruto de la vid y del trabajo del hombre. Salutem pluriman.  

Portada del libro «Las Papeleras del Reino» escrito por Antonio Ortiz en el que se recogen reflexiones, anécdotas y hechos de su vida como diplomático al servicio de España

Querido Manuel Alcalá S.J. hubiera sido muy difícil decirte adiós en persona. Descansa en paz en el séptimo cielo, con las estrellas, los astros de la pantalla y todos los amantes del cinematógrafo.

Tu marcha ha sido, como siempre, amable y silenciosa. Creo que tienes todavía mucho que hacer por esta familia y por tus muchísimos amigos, discípulos y devotos. Requiescat in pace. Et lux perpetua luceat ei. Amén. 

Antonio Ortiz García (Embajador de España)

Madrid, 12 de julio de 2020

NO PIENSO RETIRAR NINGUN RETRATO

Parece ser que los viejos nos repetimos en nuestras afirmaciones. Es posible que en la recta final estemos convencidos de algunas cosas. Aunque  atravesemos  tiempos de dudas y se tambaleen algunas creencias, es muy duro hacernos cambiar de parecer y más por motivos fútiles y de dudoso fundamento.

Don Juan Carlos y DªSofía dedican su foto al autor de este artículo y su esposa Lola

Llevo muchos años diciendo ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!  No va a ser ahora cuando empiece a maldecir a mi patria y a mi rey.

Me va a ser difícil, y además no me da la real gana, pasarme al ¡Viva la república! Tampoco voy a hacerme partidario de patíbulos y guillotinas. No proclamaré que aspiro a un “Collado Mediano independiente y marítimo”; mis amigos me lo han oído decir muchas veces. Cambiar la sociedad quitando de en medio sus columnas y muros maestros sería como  hacer una tortilla española sin patatas ni huevo, aunque pudiera suprimir la cebolla, en contra de mi gusto. 

No quiero cambiar a mis compatriotas; espero sigan siendo ciudadanos libres, autónomos, imaginativos, trabajadores y esforzados. Ni una ley educativa que los iguale a todos por abajo, ni una rentita vitalicia que fomente vagos, ni una unificación lingüística que proclame el uso exclusivo y excluyente del bable o del panocho. Y aquí si diré  Viva Asturias, que es España y todo lo demás es reconquista. Y Viva Murcia, donde tengo amigos y belleza. Ni tampoco un tratamiento sanitario olvidando enfermedades y casos raros. En mi paso por el mundo comunista pude ver que la diálisis era solo para los camaradas del comité central.

El autor con el rey D Juan Carlos y el jefe de su Casa Fernando Almansa

Y digo  todo esto porque he vivido orgulloso, digno y contento con nuestra monarquía parlamentaria amparada por la vigente Constitución de 1978. No olvido los esfuerzos por conseguir una transición desde la última dictadura, dictablanda en su largo estertor, a una democracia europea y atlántica, sin olvidar Iberoamérica, ni nuestro idioma universal, que siempre he llamado español.

En el pelotón de cabeza

Mi generación no conoció más que de oídas la última guerra civil, la cuarta y  última de la historia; ha gozado de paz, progreso y libertad, pese a represalias, exilios y persecuciones, y hemos conseguido llegar al pelotón de cabeza de las naciones de este mundo. De la nueva plaga saldremos, más débiles y empobrecidos, pero saldremos.

A pesar de tener el peor de los gobiernos de la era democrática con esta nueva coalición sanchista-comunista, los españoles vivimos, el más largo periodo de avances y tranquilidad de nuestro recuerdo, con todos los lamentos y aflicciones sufridas por el pueblo.

D.Juan Carlos en Berlín ante la antigua embajada de España, escucha las explicaciones del embajador Ortiz acompañado de sus hijos Marta y José María

El Rey Juan Carlos I se ha ganado ya un lugar de privilegio en la historia moderna de España, de Europa y del mundo. No voy a quitar su retrato de mi casa, ni creo que los españoles de bien vayan a retirarlos.   

Si los descendientes de terroristas y asesinos, los predicadores de tiranías y totalitarismos y los nostálgicos de fracasadas repúblicas, la corta y la más larga de injusticias y venganzas y generadora de nuestro conflicto fratricida, y los ilusionistas de felices arcadias racistas y orates, son quienes proclaman  una cacería de aristócratas y añoran un Ekaterimburgo, razón de más para no apartarnos de la senda bien trazada, aunque se pueda reparar su pavimento. ¡Al ladrón, al ladrón!  dicen para huir con el botín.

Los comunistas, que según mi experiencia se dividen en dos grupos: o iluminados rematadamente imbéciles o sinvergüenzas aprovechados, repiten una frase mítica para justificar desde los crímenes de Lenin y Stalin hasta las tiranías cubanas, nicaragüenses o chinas: el balance global es positivo.  

Su Majestad Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica supera en su actuación  por muchos codos a indemostradas acusaciones, errores humanos, pecados o debilidades. Una imputación iniciada por bolivarianos totalitarios y extremistas contrarios a nuestro sistema de convivencia refleja sobretodo odio y falsedad. 

Prefiero seguir la llamada de Jesús de Nazaret, quien sí sabía de las culpas de la magdalena, y dijo quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. No creo que muchos quieran lapidaciones; yo desde luego no quemaré ningún retrato de quien sigue siendo un rey humano y querido.

Mi último contacto con Don Juan Carlos fue telefónico, por medio de un buen amigo, para transmitirle mi pésame por el fallecimiento de su hermana la Infanta Pilar. Ya retirado también él, le encontré en una celebración del aniversario constitucional y con su jocoso estilo me dijo ¡Pues anda que yo!, como respuesta a su pregunta de qué tal andaba y habiéndole contestado  que no corría mucho.

De Bucarest a Estambul

Cabría alargarme en recuerdos de más de cuarenta años de Carrera Diplomática y de quince como embajador, su representante en el mundo. Aquí solo sacaré a nuestra ventana al mundo uno de Estambul, donde mi mujer y yo habíamos ido a pasar unos días de vacaciones desde Bucarest, Rumanía, mi puesto entonces y coincidimos con su visita de Estado a Turquía. Salíamos Lola y yo de la gran cisterna romana en los bajos del antiguo hipódromo de Constantino y vimos revuelo de gente y gendarmes; nos acercamos a la comitiva oficial llegando a la mezquita azul; para junto a otros turistas ver pasar a los Reyes. Juan Carlos miró para saludar a los ciudadanos que le aplaudían y al verme, se acercó y con gesto serio me preguntó ¿Y tú qué haces aquí?

No sembremos vientos para no recoger tempestades. Roguemos que Santiago cierre España y no la abra a las furias ni a las turbas. 

Antonio Ortiz y su esposa en la recepción ofrecida por los reyes al presidente de Hungría en visita oficial a España

Que el Rey Felipe VI, que guarde Dios muchos años, siga, prudente y esforzado, siendo el símbolo de la unidad y permanencia del Estado y modere el funcionamiento regular de las instituciones, según el artículo 56 de nuestra carta magna.

Y larga vida y salud  para Juan Carlos de Borbón y Borbón, mi contemporáneo (por pocos meses) y con quien he compartido y comparto patria y patriotismo bajo la bandera roja y gualda.

Los detractores de los muchos monarcas que figuran en la historia de la piel de toro desde Recaredo hasta Boabdil pueden con facilidad atacar a alguno como el rey felón. Pero los tiempos y las circunstancias mandan y Fernando VII, fue recibido en Madrid con arcos triunfales y su puerta de entrada en piedra le llama, el Deseado, padre de la Patria, restituido a sus pueblos, exterminada la usurpación francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagra este monumento de fidelidad, de triunfo y de alegría, Año MDCCCXXVII.

Los manifestantes  del anarquismo, los anti-sistema y demás chusma podrían recorrer las calles en una nueva manifestación para ampliar los contagios y pedir la modificación de la historia. Yo les pregunto aquí

¿QUERÉIS DERRIBAR LA PUERTA DE TOLEDO?

Antonio ORTIZ GARCÍA . Embajador de España

¡PACTE O VÁYASE, SEÑOR SANCHEZ!

Cada día empeoramos. A pesar de los repetidos sermones y de las expresiones de autosatisfacción de unos y otros, y si quisiera –que no quiero- ser políticamente correcto, diría y unas y otras, la cosa va de mal en peor.

El gobierno todavía democrático, de la coalición sanchista-comunista, a pesar de los negros (¿o rojos?) nubarrones, sigue su marcha triunfal con sus desescaladas, o desescalabros, y sus fases, etapas o jornadas hacia un nuevo amanecer, donde todos seremos más fuertes, más ricos y más jóvenes y vigorosos.

Sede de la O.C.D.E. en París

Sin embargo, la Unión Europea, la Organización de Cooperación y Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, el mundo capitalista -¡Vade retro!- ha dicho que si algo se hizo bien fue gracias a la reforma laboral y sin ella, España no habría salido adelante de la crisis anterior.

Este juego que están haciendo en pleno coronavirus es muy grave, dice el presidente de la COEE Antonio Garamendi, en El mundo de 2.06.2020:   «El país no se puede parar, nos jugamos la recuperación. Con cierre total costará levantarnos», pero defiende que para asegurar la recuperación debe cambiar la política económica sin tocar la reforma laboral. Un centenar de personalidades empresariales se ofrecen a diseñar la recuperación.

Se trata, a mi parecer, de un camino para recuperar la normalidad, la de siempre, ni nueva ni vieja. Hay clamor general de una ciudadanía que reclama unidad para superar la bronca política. Un llamamiento a consensos útiles que sirvan para cerrar la crisis sanitaria y afrontar la reconstrucción de una España que viene políticamente inestable, económicamente rota, socialmente convulsa, dice Zarzalejos en El confidencial.

Dada mi provecta edad, gracias a Dios, no me faltan los recuerdos y sacaré aquí algunos y variados.

No sólo Felipe González Márquez, también compañeros, amigos y parientes de diferentes posiciones ideológicas desean y esperan un acuerdo entre los grandes partidos, sin los separatistas ni los comunistas. Así lo ha dicho en su reciente comparecencia telemática en el Nueva Economía Forum. Pidió una sucesión de pactos de Estado en el marco constitucional, sin la participación de los grupos a quienes no interesa la reconstrucción económica y social de España. Sobre la reforma de la Constitución piensa que no hay mimbres para hacer ese cesto.

Hace un par de días le llamé desde esta ventana al mundo.  El panorama español de hoy me lleva a pensar, igual que otros veteranos que los rectores de nuestra vida política vestían otra talla. No todos tenían la labia de Felipe, pero sacaban las castañas del fuego.

La esposa de Inocencio Arias y Antonio Ortiz con
José María Aznar en 1998 en la residencia oficial de la representación de
España ante la O.N.U. en Nueva York

José María Aznar, que alguna vez me dijo con su dedo acusador que no compartía mis opiniones, pero las escuchaba con cortesía, enderezó la economía del reino y nos facilitó el respeto de esta Europa que confiamos siga siendo real sin fronteras ni cambios de moneda. 

El Rey Felipe VI el esforzado, heredero de la historia de una de las grandes naciones del mundo, y que los españoles de no debemos nunca olvidar, se ve sometido a vientos y galernas, pero sigue siendo el fuerte mástil del galeón de España en las peligrosas aguas que los virus contagiosos y las ideas totalitarias agitan sin cejar. Es un referente y un interlocutor escuchado y respetado allende nuestras fronteras. Una vez más, le aplaudo desde esta ventana al mundo.

Antonio Ortiz, embajador en Ghana y su esposa Lola López-Cámara con SS Juan Pablo II y el cardenal Casaroli en la Nunciatura Apostólica en Accrá (1980)

Hay todavía en España muchos ciudadanos que tienen Fe, practican la Caridad y mantienen la Esperanza. Confiemos en salir de este diluvio universal y ver la paloma con su rama de olivo volar al sol. No está prohibido, como en las dictaduras totalitarias,  esperar un milagro. El Papa Juan Pablo II consiguió terminar la opresión comunista en su Polonia natal con la fuerza de la palabra y de su espíritu. Para esta España, que visitó y apreció con sus gentes y su tradición religiosa, puede ser al abogado y protector del ataque de furor comunista que padece. Pidamos que sea sólo una epidemia que cese con el virus. Es una buena vacuna. 

Marco Tulio Cicerón

Marco Tulio Cicerón hace en De Senectute un canto a la vejez. En la antigua Roma,  civilización propia de la que nos sentimos seguidores en el habla y la cultura, nos muestra a Catón el Viejo, un vigoroso anciano de ochenta y cuatro años, conversando con dos jóvenes admiradores suyos. Yo no creo que los tenga, pero me inspira y da fuerza para seguir.

Dicho todo esto en mi senectud y con tambaleante fe en la providencia, tampoco creo mucho en las llamadas redes sociales, pero cada día son más usadas, ahora que se habla poco y se cartea menos. Mis nietos pequeños han nacido con un ratón (con cable o sin cable) en la mano y son prueba de la influencia de tales técnicas. Pueden sin embargo  ser una vía de influencia para que los lectores y seguidores, que espero cada día más numerosos, de nuestra bitácora, lancen en sus sofisticados celulares, tabletas, teléfonos inteligentes y menos listos, este grito de salvación: 

¡PACTE O VÁYASE, SEÑOR SANCHEZ!

¡PACTE O VÁYASE, SEÑOR SANCHEZ!

Quizás sea mejor lo primero, que ya nos arreglaremos los supervivientes.

Antonio ORTIZ GARCIA Embajador de España

FELIPE PUEDE VENCER AL FUROR

Acabo de llegar a mi casa tras volver, al cabo de tres meses de reclusión domiciliaria, al Museo del Prado. He recorrido la excepcional muestra que la gran pinacoteca ha preparado para el regreso a la vida más cercana a la normal. 

He tenido la suerte de encontrarme al Profesor Falomir, a quien he felicitado efusivamente por su trabajo. Nuestra brevísima charla ha tenido por testigo al gran Cesar Carlos, que mostraba íntegra su anatomía, en hercúlea interpretación de Pompeo Leoni. Su único ropaje, despojado de la armadura, son unas sandalias con las que parece aplastar la hombría del turco encadenado a sus pies.  Pregunté al insigne director si mi percepción era correcta y obtuve la sagaz respuesta de que así se vencía al Furor, tal como se describe la escultura.

Al abrir mi única oficina, en la red, aparece un mensaje de mi amigo y compañero Servando de la Torre, quien me recomienda una conferencia de Felipe González Márquez, que se acababa de celebrar en Nueva Economía Forum, también en la nube –on line, dicen en la actual anglófonofilia –  con la posibilidad de escucharlo. 

Tras oír las sensatas y medidas palabras del hombre de Estado que nos llevó a Europa, y que rectificó ante la OTAN, me gustaría añadir que me alumbra una esperanza. 

Las noticias del día, con los informes de la OCDE, hunden en el pesimismo a todo español consciente. Junto ambas vivencias de hoy digo; Felipe sálvanos. Puedes vencer al Furor. 

 De mis encuentros con González tengo grabadas varias imágenes, que mi memoria en ocasiones brumosa, todavía guarda. En la Moncloa, a poco de mi desembarco en la Rumanía (para mi Bucarest II) postcomunista como embajador del Reino en 1992, preguntó con su entonces mayor acento sevillano, ¿Qué esperan allí tras el fin de la dictadura? (las esencias de los Ceaucescu todavía no se habían evaporado del todo):

Antonio Ortiz, embajador de España en Bucarest, con el presidente Felipe Gonzalez

– Todos quieren ser Felipe González, fue mi respuesta. El prestigio de nuestro gobierno en el año de la Expo y las Olimpiadas había alcanzado su más alto nivel y el Rey Juan Carlos era uno de los jefes de Estado más admirado del planeta. Los nuevos políticos balcánicos, viejos apparatchiks, nos miraban y admiraban por ser la patria de Trajano, nuestro paisano hispalense y padre de la nación geto-dacia, heredera de los mílites romanos en su unión con los dacios.

En su respuesta a temas de los participantes en el acto informatizado de hoy, Felipe González afirmó con decisión que la actual Venezuela y Nicaragua no son países democráticos y descalificó a quienes aspiran a destruir nuestro actual entramado constitucional. Los herederos del pensamiento marxista leninista de la dictadura rumana que lanzan piedras de su furor iconoclasta contra el techo de nuestra casa común, pueden ser vencidos con la receta del pacto español y europeo que predicaba hoy Felipe.

Violeta Chamorro elegida presidenta de Nicaragua en 1990 por la Unión Nacional Opositora

En anteriores recuerdos de mis cuatro años en el Berlín -1984-88- rodeado por un vergonzoso muro, aparecen los dirigentes alemanes y su especial relación con González, quien hoy elogió a Merkel y a sus antecesores en la Cancillería.  La capital histórica de Alemania era sede de reuniones y conferencias y alguna una vez me tocó acudir como Cónsul General de España; la cuestión repetida de Willy Brandt era Wo ist Felipe?.  Y hoy contó que a la caída del muro le telefoneó a él y al artífice de la posterior reunificación germana.

 Al referirme a los actores de la caída del muro yo recordaba, y así lo he escrito en un trabajo pendiente de publicación por la Universidad de Valladolid,  que  “nuestro jefe de gobierno mantenía cordial amistad con su correligionario Willy Brandt, como con el Canciller Helmut Kohl. En una ocasión, hizo unas declaraciones públicas en que afirmó este muro se cae con el diálogo. Muy lejos estábamos de ver convertirse en realidad aquella chocante afirmación al sentir cotidianamente la presión del muro. 

Felipe Gonzalez y el Presidente de la Republica Federal Alemana R. von Weizacker

Estas recetas –diálogo, pacto, europeísmo, interés de la mayoría, recuperación económica, ausencia de crispación, calma, serenidad, experiencia- y el discurso constructivo de Felipe González Márquez pueden aplastar el furor neocomunista del principal socio del sanchismo. Que el Emperador, en su esplendida desnudez, sea el numen de un mejor futuro para la tierra en la quiso morir y descansar. 

Claro, que como me dice un amigo, prestigioso otorrinolaringólogo que también escuchó gustoso el coloquio de Felipe González, no hay peor sordo que quien no quiere oír. Pero somos cada vez más y en toda la geografía española seguiremos levantando la voz y con la fuerza de la palabra y el pensamiento conseguiremos despejar las amenazadoras nubes de la tormenta.

Antonio ORTIZ GARCIA. Embajador de España

NO AL RACISMO

Oigo a la portavoz de nuestro gobierno democrático de la coalición sanchista-comunista decir que la oposición, en concreto el Partido Popular, aprovecha la pandemia para oponerse al Gobierno en lugar de apoyarle, como debería ser. Quizás sea un reflejo totalitario de los hijos de Ceausescu, cuando en el paraíso del proletariado,  se repetía que los medios informativos debían poner en práctica la política del partido y del Estado.

Dada mi provecta edad, estoy en las diez de últimas, como decía el Coronel médico Ortega Montealegre del Ejército del Aire,  muy jugador de tresillo y de tute. Al final de su década y de otra de añadidura, mi tío abuelo Angel murió a los ciento dos años, homenajeado por las autoridades mallorquinas, en idioma vernáculo, él que era de Brihuega, en plena Alcarria.

Entre los males del aquel momento se imponía la hipertensión autonómica; ahora tenemos otras plagas cada vez peores, y con derivadas de toda índole. A río revuelto…

La prensa conservadora de ayer escribía que cada día la situación política, social y económica de España es peor. 

Oigo a la portavoz de nuestro gobierno democrático de la coalición sanchista-comunista decir que la oposición, en concreto el Partido Popular aprovecha la pandemia para oponerse al Gobierno, en lugar de apoyarle, como debería ser. Quizás sea un reflejo totalitario de los hijos de Ceausescu, cuando en el paraíso del proletariado,  se repetía que los medios informativos debían poner en práctica la política del partido y del Estado.

Otra deriva es la mordaza para no criticar, más que la mascarilla obligatoria. 

Lo más grave es la indefinición de facto con el sector del turismo, que causará, si no se aclara pronto, un daño incalculable a la economía nacional. Tumbar la reforma laboral es otro contagio irrecuperable, en la línea programática de la marcha hacia la república comunista cuyo primer paso es la destrucción del capitalismo.

Ya vemos multiplicarse a los nuevos pobres en  las colas del hambre, cada más largas y plurales.

Me llaman la atención unas nuevas pastillas recién recetadas para mis dolencias, en cuyo prospecto –siempre los leo- se afirma que este medicamento puede ser menos efectivo en pacientes de raza negra.

Pongo en duda que unos laboratorios de Barcelona sean racistas, pero  me temo que entre los efectos colaterales del COVID 19 esté la discriminación. Entre los extremismos de derecha y la izquierda radical –los extremeños se tocan, como decía Muñoz Seca- se ha abierto la puerta al apartheid. Con profundo dolor he vivido el desprecio y el odio racial en Namibia, en Sudáfrica, en Palestina, en Israel… y en Cataluña.

He oído decir también que los negros huelen; mi respuesta es igual que los blancos cuando no se lavan, o no pueden lavarse, con agua y jabón.

Ciudadanos de origen africano en el carnaval de Cayena (Guayana Francesa)

Entre los muchos defectos de los españoles no está el de despreciar a los hombres y mujeres de otras razas. Paséense por casi todo el continente americano, norte y sur, para ver cómo nos hemos acercado. Tuve un querido colega de la India, que había hecho un puesto en el Perú; siempre me decía que admiraba al mundo hispánico, pues los conquistadores españoles no hicieron ascos al mestizaje, mientras en su tierra durante el imperio británico los ingleses preferían el culo de sus amigos a los coños de las hindúes.

Ahora en España con las proclamas de expulsión de emigrantes, la trata de personas, el fomento de la eutanasia, las violencias antifascistas, el desprecio del marginado, la no tolerancia al diferente y el bloqueo de fronteras no será fácil alcanzar una normalidad, no nueva -¡qué estúpida paradoja!- ni siquiera como la cotidiana de los países de nuestro entorno. 

Confiemos en los científicos de verdad, en los investigadores reales y en los auténticos profesionales. Hagamos caso omiso de charlatanes, mentirosos y vendedores de bálsamos de Fierabrás. Colaboremos con nuestros verdaderos amigos y saldremos del hoyo, mejor con vacuna. Sigamos agradeciendo los esfuerzos, no golpeemos cacerolas, manifestemos en libertad, paz y orden nuestras opiniones y salud, paz y bien para todos.

Concluyo invocando la protección de Adolfo Suarez, que está en el Olimpo de los gobernantes, para que resucite la necesaria transición a un gobierno del Reino de España europeo, atlantista, cumplidor de nuestra vigente Constitución, la más duradera de nuestra historia, a la que dieron vida aquellos padres de la Patria.  Nuestro futuro  será luminoso. Y el esforzado Rey Felipe VI, que Dios guarde, se hará acreedor del calificativo de prudente como el segundo de su nombre. Laus Deo.

Antonio ORTIZ GARCIA. Embajador de España

REQUIESCAT IN PACE ADOLFO NICOLÁS S.J.

Impresionado y con gran emoción escribo estas líneas al llegarme hoy, veinte de mayo, la noticia del fallecimiento de un querido compañero de colegio, jesuita Prepósito General de la Compañía de Jesús de enero del 2008 a octubre de 2016.

El padre Nicolás Pachón y Antonio Ortiz en los actos del centenario del colegio ARENEROS en Madrid, actualmente sede central de la Universidad de Comillas

Adolfo Nicolás Pachón fue muchas cosas. Sobre todo un hombre de bien, con tanta inteligencia como bondad. Afectuoso, dialogante, optimista, con mente ordenada y capacidad de gran dirigente de personas y creo también de almas. Ocupó en la Iglesia Católica, Apostólica y Romana uno de los puestos más importantes, siempre respetado pero criticado y atacado igualmente. Desde enero de 2008 hasta octubre del 16 fue el famoso PAPA NEGRO, cómo en la terminología de los vaticanistas (yo no lo soy ni pretendo serlo nunca) se califica al Prepósito General de la Compañía de Jesús.

D. Adolfo Nicolás y el autor en la sede de la Compañía de Jesus en Roma

Fundador sois Ignacio y general de la compañía real que Jesús con su nombre distinguió, cantábamos todos en el Colegio de la Inmaculada y San Pedro Claver, conocido como ARENEROS por ser la cuesta madrileña por donde pasaban las acémilas que subían del río Manzanares cargadas con materiales de construcción para ampliar la ciudad. El Colegio de Areneros, en la calle de Alberto Aguilera 23, es hoy sede de parte de la Universidad Pontificia de Comillas, su lugar de origen y cuna de mi mujer y madre de mis cuatro hijos. 

Habrá ríos de tinta y electrodos, papel y pantalla, sobre Adolfo, su vida, su historia, y espero que milagros. Este modesto pecador sólo quiere contar nuestra relación, mía y de mis condiscípulos, con Adolfo, desde el colegio y después.

Nuestra promoción –Areneros 1953- se reunía mensualmente (antes de la reclusión domiciliaria) para almorzar, más regular que bien, pero sobre todo para charlar, siempre muy bien y con resultado enriquecedor.  En toda esta época tuvimos mucha relación con nuestro ilustre compañero Adolfo e, incluso tras su elección al Generalato de la Compañía, contábamos con el privilegio de un correo que leía personalmente. 

Me uní al grupo, ahora cada vez menor,  a mi regreso a España en el 2006, poco después de nuestro medio siglo de A53. El quórum de nuestras reuniones podía llegar a la quincena; los asistentes habían seguido diversas carreras; nos juntábamos un anterior embajador ante la Santa Sede, un editor de textos, un directivo de Telefónica, ingenieros varios, un  administrador de loterías, un naviero, un marino de guerra, un  piloto de aviones, un par de militares, un procurador, abogados, empresarios, economistas y profesores, un jesuita en ejercicio y otro ex, médicos de alto nivel, dos eminencias en cardiólogía y otorrinolaringólogía…La conversación era apasionante y variadísima; uno de los temas reiterados era Adolfo. 

Poco después de su elección fuimos a Roma y nos reservó todo un día para estar con él en la Casa Generalizia,  en Borgo Santo Espíritu, muy cerca de la Plaza de San PedroEl privilegio era similar a una audiencia de diez horas con el Santo Padre (il Papa nero en nuestro caso) incluida Misa y almuerzo. Guardaremos vivos los recuerdos el resto de nuestros días. 

Encuentro con el prepósito general de los Jesuitas en Roma

Tratamos todos los temas imaginables; sus conversaciones y reuniones con el otro gran jesuita el Romano Pontífice, el futuro de la Iglesia, la Compañía de Jesús, la presencia de ambas en África, la ratio studioriorum de los seguidores de Loyola, sus colegios y universidades,  extremo oriente y  la vida de San Francisco Javier y la actualidad del Japón imperio que tanto amaba, y cuya lengua como  el Padre Arrupe,  también aprendió y practicó hasta su fallecimiento en Tokio. No faltaron comentarios personales y familiares, recuerdos de infancia, de estudios y sobre nuestras variadas profesiones. 

Roma «caput mundi»

No debo abusar de la ventana al mundo, pero no me resisto a contar que subimos a la terraza de la casa para divisar la misma vista que tenemos en nuestra portada. El Padre Nicolás, que era ya setentón como sus compañeros allí reunidos, subía siempre andando, o corriendo, las escaleras de su residencia. 

Almorzamos en el autoservicio del cercano hospicio de peregrinos. Como no queríamos perder ripio de su apasionante charla, le pedimos que no se levantara a hacer la cola; nos  dijo ¡tráeme lo que quieras!; le llevé un plato de diversas verduras a la plancha, muy gustosas por cierto.

De toda la visita a la Curia jesuítica la cumbre fue el recorrido por la biblioteca., que guarda tesoros para los investigadores, por las cartas de los misioneros. Práctica desde el siglo XVII era hacer siempre un resumen de cada misiva para el General y un colofón con lo que de verdad pedía el remitente.

El autor, en Roma los días de la reunión con el padre Adolfo Nicolas S.J.

Magnífico final fue la terraza para la vista del Vaticano y las entrañables fotos que guardamos todos y que se plasmaron en un número extra del «MOLA», revista fotográfica y digital que confecciona un compañero nuestro gran informático. 

Nos hemos reunidos más veces y siempre con satisfacción y emotividad.  Ahora, en la última parte del camino al decirle a Adolfo, ejemplo, compañero y amigo descansa en paz, podemos pensar en repetir para pronto Padre Adolfo Nicolás S.J. ora pro nobis.

Antonio ORTIZ GARCIA Embajador de España